- Los barcos europeos regresan al Mediterráneo Central. La UE lanza su operación Irene -paz en griego- y sustituye así a la misión naval Sofía. La diferencia fundamental entre ambas es que la nueva operación tiene por objetivo supervisar el embargo de armas decretado por la ONU en Libia, mientras que la prioridad de la desaparecida Sofía era poner fin al tráfico de personas.

"Los buques [de Irene] no estarán buscando a personas para rescatarlas. No es la operación Sofía", señaló ayer Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, al presentar el lanzamiento de la misión naval Irene en el Mediterráneo Central. Eso sí: "Hay partes colaterales que son inevitables, si encuentran a alguien tienen que rescatarlos", matizó el español.

Tras más de un año sin presencia naval en las costas libias, los buques europeos regresarán en los próximos días. El mandato de la operación arrancó ayer suponiendo el fin consecuente de Sofía. No obstante, los Estados miembros deben todavía establecer qué activos están dispuestos a ofrecer y determinar la fecha de aterrizaje de los patrulleros europeos en el mar. Fabio Agostini será el comandante de la operación y su centro operativo continuará establecido en Roma.

El principal objetivo de la misión es vigilar el embargo de armas auspiciado por la ONU en 2011 a través de activos aéreos, satélites y marítimos. Su personal podrá llevar a cabo inspecciones de buques que se encuentren frente a las costas libias y sean sospechosos de transportar material bélico. Un paso fundamental para ayudar a conseguir una tregua en el país norteafricano, que cuenta con una presencia creciente de Turquía y Rusia.

En segundo plano se encuentra la recopilación de información sobre exportaciones ilícitas de petróleo en Libia, contribuir a entrenar a guardacostas libios y atajar el negocio de mafias que trafican con personas.

"Libia debe ser una prioridad de la UE y lo será durante mi mandato. La situación continúa siendo crítica", apuntó el jefe de la diplomacia europea, que reconoció la "tensión" y "complejidad" de las negociaciones entre Estados miembros para lanzar la misión. "Demostramos que en tiempos de coronavirus seguimos conscientes de nuestra responsabilidad e intentamos promover la paz en nuestra vecindad", celebró el catalán, que admitió que Irene solo es un elemento más de la respuesta para poner fin al conflicto en Libia, que ha visto los combates recrudecidos durante los últimos días. "Nadie puede hacer frente a dos guerras al mismo tiempo", dijo.

La operación Sofía, que toma el nombre de una niña somalí rescatada en el mar, quedó descabezada sin barcos en el Mediterráneo Central en 2018 por el veto de Salvini, que rechazaba el rescate de migrantes y su desembarco en puertos italianos. Con el cambio de Gobierno en Italia, fue Austria, país sin frontera marítima, quien vetó su relanzamiento por la misma razón y en medio de una escalada militar en Libia. Para superar este escollo, la UE sustituyó a Sofía por Irene. La nueva operación tiene como prioridad vigilar el tráfico de armas y no el de personas. Además, podrá paralizarse cuando se observe un efecto llamada migratorio, condición sine qua non de Austria y Hungría, que han bloqueado durante meses su puesta en marcha por rechazar el rescate de migrantes en el mar.

"Los buques no estarán buscando a personas para rescatarlas. No es la 'operación Sofía"

Alto Representante de Exteriores de la UE