Ginebra - Los impuestos a servicios digitales en algunos países miembros de la UE, conocidos popularmente como tasas Google, generaron fricciones entre EE.UU. y la Unión Europea en la revisión de la política comercial de los Veintisiete que ayer finalizó en la Organización Mundial del Comercio (OMC). "EE.UU. está extremadamente decepcionado con el hecho de que varios miembros de la UE hayan adoptado o se acerquen a la adopción de estos impuestos, que parecen diseñados para aumentar sus ingresos a costa de determinadas firmas estadounidenses", señaló al respecto el embajador de EE.UU. ante la OMC, Dennis Shea.

En su intervención al inicio de los tres días de reuniones para analizar la política comercial europea, Shea no citó directamente a España, que aprobó esta semana este impuesto (pero aplazó a diciembre su cobro), aunque sí el caso de Francia, que puso en marcha su tasa Google en 2019 y también la ha congelado. "EE.UU. investigó el impuesto digital francés y concluyó que se trata de una medida discriminatoria por la selección de servicios que cubre y los umbrales de ingresos en los que se aplicaría", señaló el embajador norteamericano.

Shea concluyó que los países que aprueben este tipo de impuestos están poniendo en peligro los esfuerzos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en pos de encontrar una solución consensuada .