Bruselas - El acuerdo comercial que Bruselas y Londres cierren en torno a su relación futura no se aplicará al territorio del Peñón de Gibraltar. Así lo reiteran las directrices del mandato negociador presentado ayer por Michel Barnier, jefe negociador de la Comisión Europea. De momento, España y el Reino Unido mantienen conversaciones regulares bajo el paraguas del Protocolo de Gibraltar acordado hace unos meses por las 27 capitales europeas. Una vez concluya el periodo transitorio -paso previsto para el 1 de enero de 2021- este protocolo expirará.

Si durante este periodo no se pacta un acuerdo paralelo que regule las relaciones entre el Peñón y la Unión Europea, el mismo 1 de enero se establecerá una frontera dura a lo largo del Peñón. La UE es la única competente para negociar un futuro acuerdo comercial, pero solo lo hará una vez que España esté de acuerdo. De hecho, las conversaciones actuales entre Madrid y Londres están pensadas para sentar las bases preliminares a este acuerdo. El bloque comunitario deja de estar de perfil y se declina a favor de España en la disputa territorial. "La aplicación territorial de cualquier acuerdo que negociemos, que sea parte de este mandato, no incluye al territorio de Gibraltar. Esto no excluye discusiones bilaterales paralelas entre el Reino Unido y España sobre Gibraltar", señaló Barnier en la rueda de prensa del Berlaymont.

Así, las directrices que presentó ayer reiteran que España seguirá manteniendo el poder de veto sobre la cuestión de Gibraltar. Barnier matizó que para temas de competencia comunitaria en Gibraltar existirá una mesa especial en la que España dará su luz verde a "cada uno de los elementos específicos" sobre el Peñón.

a la ue no le preocupa el Peñón Si la UE y Gibraltar quieren negociar un acuerdo comercial con el Peñón se creará una mesa de negociación en la que España jugará "un papel especial", según explican fuentes comunitarias. En paralelo a la presentación de las directrices negociadoras de la UE, Johnson celebró su primera rueda de prensa tras el Brexit asegurando que negociará "en nombre de todo el Reino Unido y eso incluye Gibraltar". En cualquier caso, este asunto preocupa poco o nada a la Unión Europea a efectos prácticos, que lo siente más como un problema de España. Ninguna parte desea una frontera dura en el Peñón, pero menos todavía la quieren los gibraltareños, que serían los más perjudicados. Todo ello apunta a ser una estrategia de España para que sea el propio Gibraltar quien solicite este acuerdo futuro.