El entrenador de una entidad deportiva de la comarca guipuzcoana del Bidasoa acusado de ciberacoso a varias chicas menores de su club ha reconocido este lunes los hechos y se ha conformado con una pena de dos años de cárcel y una multa de 1.800 euros. Asimismo, no podrá comunicarse con sus víctimas ni aproximarse a ellas durante cinco años y deberá permanecer en situación de libertad vigilada otros cinco años, además de haber sido inhabilitado para cualquier actividad relacionada con los menores de edad.

Inicialmente, la Fiscalía reclamaba para el procesado penas que sumaban once años y nueve meses de prisión por cinco delitos de ciberacoso a menores, uno de ellos en su modalidad de preparar un encuentro físico, agravado por el uso de engaño, y otros cuatro para la obtención de material gráfico de carácter sexual. Asimismo, señalaba al inculpado como posible autor de un delito de detención ilegal, agravado por la condición de menor de la víctima.

No obstante, durante el juicio por estos hechos celebrado este lunes a puerta cerrada en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, el Ministerio Público ha sustituido este último delito por uno de coacciones, y ha rebajado de cinco a cuatro los delitos de ciberacoso.

Así las cosas, el procesado ha admitido lo sucedido y se ha conformado con una condena de dos años de prisión que, según han informado fuentes del caso, le ha sido suspendida con la condición de que no vuelva a delinquir en los dos próximos años.

Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, el hombre fue entrenador de la sección juvenil del citado club hasta octubre de 2018, ocupación que "le proporcionaba contacto constante con chicas menores de edad" que "son su principal interés sexual". El documento explica que el primero de los casos se remonta a septiembre de 2014, cuando el hombre, que por entonces tenía 21 años, contactó a través de Instagram con una de las chicas, quien contaba 12 años.

Durante un mes, ambos mantuvieron una serie de conversaciones inocuas en esta red social, en las que el inculpado hizo creer a la chica que él tenía 18 años y ella le dijo que tenía 16. El texto del Ministerio Público aclara que el inculpado siguió manteniendo "contacto telemático" con la damnificada hasta agosto de 2018.

La Fiscalía concreta ademas que entre junio y agosto de aquel año el acusado contactó a través de Instagram con otras cuatro chicas del club, todas ellas menores de 16 años, ante las que, gracias a "la posibilidad de inventar una apariencia completamente distinta a la real que facilitan las comunicaciones telemáticas", se presentó "como un joven de 17 años cuando en realidad contaba con 25".

De esta manera, llegó a ofrecer dinero a una de ellas "a cambio de mantener relaciones sexuales", a otra la convenció para que "le enviara fotografías de carácter sexual" y a las otras dos les envió imágenes de contenido sexual con la finalidad de "excitarlas sexualmente".