Un total de diez personas han sido detenidas por la Policía Nacional en Bilbao acusados de formar parte presuntamente de una red de tráfico de seres humanos, que recibía en la capital vizcaina a inmigrantes, que habían entrado de manera irregular en España, y a los que facilitaban su paso hacia Francia a través de Donostia o Irun, según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en el País Vasco.

Los inmigrantes, tal y como ha indicado también el Ministerio de Interior, que eran todos de origen subsahariano, pagaban por este servicio de traslado hasta Francia "entre 150 y 200 euros y eran aleccionados para no ser relacionados con la red desmantelada en el caso de ser detectados". En su mayoría, procedían de los centros de primera acogida en los que habían sido ingresados a su llegada a España.

En la operación, los agentes registraron dos domicilios en Bilbao donde intervinieron equipos informáticos, teléfonos móviles y diversa documentación.

El operativo policial ha finalizado con la detención en Bilbao de 10 presuntos integrantes de la red, incluido el considerado como líder, como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

La investigación comenzó con la denuncia ante la Policía Nacional de una persona que informaba de la existencia de una organización, asentada en Bilbao, dedicada al tráfico de personas de origen subsahariano.

Durante las pesquisas, los agentes pudieron constatar la existencia de una organización criminal que, presuntamente, se encargaba de recibir en las estaciones de transporte público de la capital vizcaína a inmigrantes que habían entrado de manera irregular en España y a los que se encargaban de facilitar su paso a Francia a cambio de una cantidad económica que oscilaba entre 150-200 euros por persona.

El objetivo del grupo criminal era que los inmigrantes pasasen a Francia "con la mayor celeridad, permaneciendo el menor tiempo posible en Bilbao". De esta forma, "eran rápidamente redirigidos, bien en transporte público o en coches particulares, en dirección a Donostia o Irun, "ciudades desde las que daban el salto al sur del país galo, usando nuevamente el transporte público.

Una vez en territorio galo, "otro grupo delictivo, coordinado con el entramado desarticulado pero independiente, impulsaba a los inmigrantes hacia otras ciudades francesas".

Según ha señalado la Policía Nacional, los detenidos "obligaban a los inmigrantes a deshacerse de cualquier documento que les pudiera relacionar con España, como partes médicos o tickets de compra, y eran aleccionados para que, en el caso de ser localizados por la policía francesa, no pudiera establecerse relación alguna con nuestro país y evitar así la devolución".