La cara B de la restauración en Navidad: uvas con la "familia laboral" y trabajo a destajo
Cada vez más personas optan por celebrar estas fechas señaladas en los restaurantes por ahorrar tiempo, incluso dinero
La restauración en Navidad tiene dos caras: en la A, la visible y reconocida, están las familias que optan pormenús cerrados para celebrar las fechas más señaladas; mientras, en la cara B, la discreta e inadvertida, los trabajadores que velan para que salgan todos los platos y no se olvide ni una uva.
Cada vez son más los ciudadanos que optan por pasar las fechas más señaladas de la Navidad, como el 24, 25 y 31 de diciembre, en los restaurantes. La intención de muchos es ahorrar tiempo e incluso dinero en preparar las cenas y comidas en casa.
Pero para que todo ello salga bien, el equipo humano de los restaurantes tiene un papel esencial en unas fechas en las que, mientras muchos ciudadanos están de vacaciones, estos empleados -jefes de sala, cocineros y camareros- trabajan a destajo para dar uno de los servicios más especiales del año.
De no poder llenar a estar completos
Para muchos restaurantes, la evolución en el volumen de trabajo en Navidad ha sido radical: de no poder llenar en años anteriores a colgar el cartel de 'completo' en los últimos. Es el caso del restaurante japonés Makoto (Madrid), donde ofrecen tanto un menú cerrado para Nochebuena y como otro para Nochevieja, ambos en un servicio "más sencillo" al tratarse de platos cerrado, ha confirmado a Efeagro su director, Víctor Barrio.
"Hacemos menús 'ad hoc' para esos días en los que aumenta mucho el volumen de trabajo (...). El lado humano del personal es el que más toca, intento que todo el mundo disfrute con la familia, pero los que nos quedamos a trabajar hacemos una comida antes", ha explicado.
La noche de fin de año, los empleados de este restaurante, desde limpieza hasta personal de sala, se reúnen en la cocina a tomar juntos las doce uvas, mientras que el cliente lo pasa en familia, ha explicado el director de Makoto.
"Trabajar estos días no es plato de gusto"
A pesar de la intención de los responsables de los negocios por hacer estas fechas más fáciles para los que trabajan, son días complicados, en los que no hay vacaciones para la restauración. "La Navidad se celebra sin mí", ha resumido el jefe de sala de La Charca Restaurante, Héctor Gómez, quien ha confesado que hay gente que "lo lleva mal", ya que "trabajar en estos días no es plato de buen gusto".
Al igual que Barrio, el jefe de sala de este restaurante ha confirmado el aumento de volumen de trabajo en estas fechas respecto a otros años: "Cada vez menos gente quiere celebrar la Navidad en su casa", ha asegurado, algo en lo que, a su juicio, ha influido también el que los pisos sean "más pequeños".
En este restaurante son un equipo de 54 personas y "hay reticencias" para trabajar en Navidad, aunque, al final, todos los empleados comprenden que la restauración conlleva trabajar cuando el resto disfruta.
El trabajo de los empleados de la restauración, un empleo que en estas fechas parece más invisible, es esencial para que muchas familias y grupos de amigos celebren y disfruten las fiestas de Navidad.
Las uvas con la "familia laboral"
La palabra más repetida entre los trabajadores del sector es sacrificio, una sensación que también ha compartido el director de Bodegas Mezquita (Córdoba), Baldomero Gas, algo que se asume cuando se elige "trabajar en esta profesión", ha reconocido. Para Gas, los clientes reconocen el esfuerzo de estos empleados y "lo agradecen", por lo que se trata de un trabajo "gratificante" en el que las uvas se pasan con la "familia laboral".
Todos han coincidido en la necesidad de reconocer el trabajo de los empleados de la restauración, un empleo que en estas fechas parece más invisible, pero es esencial para que muchas familias y grupos de amigos celebren y disfruten las fiestas de Navidad.
La industria de la felicidad
No obstante, el hecho de trabajar en días festivos implica un reconocimiento que no se ve acompañado por una retribución económica. "Por experiencia propia y lo que me cuentan, siempre que trabajamos esos festivos, en muchos casos desgraciadamente lo cobramos como días normales, no repercute en días libres ni mucho menos en reconocimiento", ha lamentado, en declaraciones a Efeagro el camarero Jesús Soriano, conocido en redes sociales como Soy Camareroo.
Del lado de los clientes, se agradece que sean conscientes de todo este trabajo y sacrificio de los profesionales de la hostelería, estos trabajadores que no se reconocen como los héroes sanitarios o los necesarios profesionales de las fuerzas de seguridad que velan por todos en estas fiestas, pero que son imprescindibles para que funcione la industria de la felicidad.
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