La terrible noticia de que Sandra Peña, la estudiante sevillana de 14 años, se suicidó el pasado 14 de octubre tras sufrir acoso escolar por varias compañeras de clase ha conmocionado a millones de jóvenes. Por este motivo a lo largo de la mañana del martes se produjeron concentraciones en muchos los puntos del Estado, aunque el recuerdo de Sandra se sintió con especial intensidad en la capital hispalense. Convocados por el Sindicato de Estudiantes, cientos de jóvenes –sobre todo de la ESO y Bachillerato– también se manifestaron en las capitales de Hegoalde tras el lema Sandra ez zaitugu ahaztuko- Bullying eta gorroto diskurtso gehiagorik ez!. En las concentraciones celebradas en Bilbao, Donostia, Gasteiz e Iruñea, los estudiantes reclamaron que se apliquen los protocolos antiacoso y que haya más inversión en psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública.
A falta de datos oficiales por parte del Departamento vasco de Educación desde hace dos cursos, un total de cincuenta y tres casos de bullying –entre ellos 12 expedientes de riesgo– acabaron en los juzgados, según se recoge en la Memoria 2025 de la Fiscalía de la Comunidad Autónoma del País Vasco. En su informe, el Ministerio fiscal advierte de que “en la mayoría de los supuestos es la víctima la que termina cambiando de centro escolar”. Asimismo, asegura que “los protocolos de acoso escolar no acaban de solucionar el problema. Y las campañas educativas hacia una convivencia en igualdad no son suficientes”. Y a tenor de los últimos datos ofrecidos por el Gobierno de Nafarroa correspondientes al curso 2023-2024, la escuela navarra tuvo que hacer frente a 120 casos de bullying y 15 de ciberacoso.
En el Estado
En Sevilla, la ciudad donde Sandra iba al colegio Irlandesas de Loreto, su tío y portavoz de la familia, Isaac Villar, agradeció el apoyo y señaló la importancia de alzar la voz contra “la lacra que estamos sufriendo en este país: el acoso escolar”. El Sindicato de Estudiantes por su parte exigió la dimisión inmediata de la junta directiva de este colegio sevillano y la retirada de su financiación pública. En Madrid, cerca de diez mil personas –según el sindicato– y de dos mil –según fuentes policiales– partieron de la Puerta del Sol hasta el Ministerio de Educación y bajo cánticos como “Colegio culpable, sistema responsable”, “Vuestros protocolos son una mierda” o “Sandra hermana, nosotras no olvidamos”, los estudiantes marcharon por la Gran Vía madrileña.
Frente al Ministerio de Educación se guardó un minuto de silencio para recordar a la joven Sandra y a todas las víctimas de ‘bullying’ en el Estado. “Combatir el ‘bullying’ no puede depender de la buena voluntad de nuestros profesores, la mayoría colapsados por la masificación en las aulas, sino que pasa por contratar orientadoras, psicólogas y mediadoras en todos los centros educativos”, señala el Sindicato de Estudiantes en su convocatoria, en la que ha pedido a las instituciones no mirar hacia otro lado.
De esta forma lo gritaban jóvenes de Toledo: “No al silencio institucional”, “Colegio que calla, colegio que falla”, mientras portaban pancartas que señalaban que “Protocolo hay, pero nadie actúa”. En Barcelona unos 1.500 estudiantes se manifestaron por el “fin a los discursos de odio” y tras bajar por Via Laietana terminaron en la plaza de Sant Jaume. “El sistema falla y los abandona”, criticó el portavoz estudiantil Eider Bustos, al tiempo que en Tarragona un joven manifestante relató que sufrió acoso en el colegio varios años y otra chica contaba que cuida a un niño pequeño “que lo está pasando muy mal porque otros cuatro le hacen la vida imposible”. El mensaje unánime fue que las direcciones de los centros educativos apliquen los protocolos antiacoso y asuman responsabilidades.
Por su parte, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, advirtió del peligro de una sociedad agresiva porque “todo eso se contagia en las aulas” y propuso medidas donde los propios estudiantes intervengan como mediadores para resolver conflictos.También se conoció un informe de la Fundación Mafre y Siena Educación que señala que solo el 5,6 % de los docentes ha recibido formación sobre convivencia o acoso en las aulas. Un documento basado en entrevistas a 850 profesores avisa de que los amigos influyen mucho en el bienestar emocional y que a menudo el acoso escolar está protagonizado por estudiantes que supuestamente cuentan con todo tipo de recursos, pero que reproducen dinámicas de desprecio y falta de respeto hacia sus compañeros.