La Navidad es temporada de alto riesgo. En estas fechas, a las patologías típicas del invierno se suman los excesos navideños y el consumo excesivo de alcohol. Porque no hablamos solo de gripe, covid, o bronquitis que coinciden en una temporada crítica propicia para la propagación de infecciones ante al aumento de reuniones de amigos y familiares en espacios cerrados. El mayor riesgo que tiene la Navidad para la salud son los excesos. Así que cuidado con pasarse.
Las navidades son fiestas de celebración, pero también de excesos, que llevan a un incremento hasta del 25% en los incendios, de los atragantamientos, de los problemas digestivos y, curiosamente, de los partos ya que el 1 de enero es el día del año que más niños nacen.
“Hay más demanda de urgencias que en el resto del año debido a que se solapan los festivos y los pacientes tienen acceso libre a cualquier servicio de urgencias hospitalario, que están funcionando 24/7 los 365 días”, aclaran los expertos.
Por ello, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha elaborado una serie consejos para aprovechar esta época festiva al máximo “sin caer en la trampa” de los turrones, mazapanes y polvorones. Porque estos excesos pueden conllevar trastornos para la salud, sobre todo en personas con enfermedades crónicas. “Las comilonas y celebraciones en las que no suele faltar el alcohol no deberían ser una excusa para mantener unos hábitos dietéticos saludables, aunque realmente no sea fácil ante un ambiente que invita justamente a todo lo contrario, reconoce Rosa Pérez, coordinadora de SEMES Divulgación.
“Es importante concienciarnos de que el disfrute no está reñido con mantener nuestros hábitos saludables, sobre todo aquellos que hemos estado implementando a lo largo de todo el año. Solo con unos pequeños ajustes, cambiando algunos alimentos por otros y aumentando nuestra actividad física, empezaremos el año a pleno rendimiento”, explica la experta. Y es que los excesos traen aparejados trastornos digestivos, sobre todo en personas con patología crónica, que se presentan en forma de intoxicaciones, indigestiones, problemas hepáticos, pancreáticos, o renales.
También se multiplican los atragantamientos en niños y personas mayores, –"ojo con las uvas y los frutos secos para evitar estos problemas"–, y las intoxicaciones etílicas.