Solicitó hacer sus últimas prácticas en drogodependencias y recaló en la Fundación Etorkintza, donde ahora coordina los proyectos de Justicia. Su trabajo con personas privadas de libertad y con adicciones, asegura Olatz Garate, es “totalmente vocacional”.

Personas presas y con adicciones, dos grandes estigmas. ¿Qué prejuicios tiene que desmentir?

-Que no tienen deseo de cambiar sus actitudes, que han cometido delitos y los van a cometer siempre, que son incambiables. La mayoría tienen un deseo de cambio muy grande, pero no saben ni por dónde empezar. Les falta apoyo, que alguien les escuche y entienda que desean ese cambio.

¿Y qué desconoce la sociedad, en general, de estas personas?

-Cuando salen en tercer grado diseñamos itinerarios terapéuticos para ellas y siempre parece que las recaídas son recurrentes. Hay personas que recaen, pero muchísimas se mantienen abstinentes a lo largo de los años o por lo menos disminuyen su consumo de tal forma que no interfiera en su vida laboral, familiar y personal.

¿Las personas con adicciones merecen una segunda oportunidad, una tercera, una cuarta...?

-Las personas necesitan segundas oportunidades, terceras, cuartas y las que hagan falta porque necesitan estar en el momento vital oportuno para realizar un proceso personal y un tratamiento terapéutico ajustado a sus necesidades. Muchas veces caen presas y su deseo de salir hace que intenten contactar contigo, pero hay que esperar ese momento vital y esa oportunidad en la que sean capaces de hacer ese cambio.

¿Cómo vive usted las recaídas?

-Muchas veces tienes una sensación de haber fracasado, pero no es que el fracaso sea tuyo ni siquiera de la persona, es el momento en el que se encuentra o que igual no dispone de los apoyos necesarios.

¿Qué relación establece con los usuarios ? ¿Ha hecho amistades?

-Mientras son pacientes no son amigos, pero establecer un vínculo es importante desde el punto de vista terapéutico y con algunos han sido tantos años que casi acaba siendo una relación de amistad.

¿Alguna persona de la que se acuerde especialmente?

-Algunas personas que han acabado muriendo y las mujeres, que sufren muchas violencias más allá de la pérdida de la libertad o la adicción. También nos acordamos un montón de personas con las que ya no tratamos porque están estupendamente con sus familias, sus trabajos y sus vidas.