Dicen los expertos y profesionales de la infancia que jugar con nuestros hijos hace que en la infancia se experimenten emociones como felicidad y seguridad. Los niños aprenden a auto regularse emocionalmente e incluso a conocerse mejor y favorece, asimismo, las relaciones de familia. Conscientes de los beneficios que jugar con los hijos aporta, cada vez son más las familias que dedican a pasar un mayor tiempo de ocio de calidad con los más pequeños de la casa. En concreto, hasta un 51% de las familias juegan ahora con sus hijos más que hace unos años. Esta es la conclusión principal que arroja una investigación que ha puesto en el punto de mira el impacto que tiene el juego en los más pequeños.

Así, más de la mitad de las familias, el 51%, pasa más tiempo jugando con sus hijos e hijas ahora que hace unos años, según se desprende del informe Ikea Play Report 2024, que ha llevado a cabo una investigación sobre el impacto del juego en la sociedad. El estudio es tan amplio que incluso incluye distintas entrevistas a hogares de Estados Unidos, China y Alemania, y la contribución de expertos mundiales y una encuesta a 7.000 niños y padres y madres de hasta siete países. Así, con esta amplia experiencia y valoraciones distintas este informe deja claro y destaca la importancia del juego para la felicidad y el desarrollo de los menores, mostrando que el 95% de los padres y madres creen que la felicidad de sus hijos está relacionada con la frecuencia en la que juegan con ellos. Así, el 51% de ellos admiten que pasan más tiempo jugando con sus hijos ahora que hace unos años. Asimismo, un 90% de los niños dicen que son más felices cuando juegan. El estudio revela que la pandemia, el cambio climático y las desigualdades crecientes han aumentado el estrés en los niños, quienes encuentran en el juego la clave para escapar de la presión y el estrés y para aumentar la felicidad. Cabe destacar también que el objetivo principal de esta investigación ha sido, precisamente entender, comprender y también transmitir las capas más profundas de las vidas, emociones, necesidades, comportamientos y actividades de los niños en el hogar, y cómo afecta eso a su felicidad, según valoraron desde este estudio.

Cabe destacar que, en muchas ocasiones, detrás del tiempo de calidad hay motivos de peso como pueden ser las propias responsabilidades diarias como el trabajo. Aquí también cada vez hay más familias que luchan y conseguir adaptarse a la conciliación familiar y laboral, aunque en ocasiones con dificultades. De hecho, en este sentido, según el Instituto Vasco de Estadística Eustat el pasado año (últimos datos oficiales que se han publicado recientemente) aumentó el porcentaje de personas ocupadas residentes en la Comunidad Autónoma de Euskadi que afirma tener grandes dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar y la personal.

En este sentido, casi una de cada tres personas con personas dependientes (32,9%) asegura tener muchas dificultades para conciliar el trabajo con su cuidado, 4 puntos porcentuales más que en 2022. Este mismo grado de dificultad, pero con respecto al cuidado de sus hijos e hijas, lo percibe el 29,2% de la población ocupada, un 1,1 punto porcentual más que en 2022. Por último, el 27,7% de las personas ocupadas manifiesta tener un alto grado de dificultad para conciliar el trabajo con la realización de actividades personales, 3,7 puntos porcentuales más. Desde el punto de vista de las diferencias entre mujeres y hombres, cabe resaltar que el porcentaje de personas ocupadas que declara tener una alta dificultad para compaginar el trabajo con estos aspectos de la vida es ligeramente mayor en las mujeres que en los hombres.

Las diferencias entre el tiempo diario dedicado por hombres y mujeres a los cuidados y a las labores de hogar alcanzan en 2023 sus valores mínimos. Si nos fijamos en la situación hace 10 años y en lo que respecta a los cuidados de personas dependientes y a las labores de hogar, la diferencia se reduce en 0,4 horas y en cuanto al cuidado de hijos e hijas la diferencia disminuye en 0,7 horas. A pesar de que las diferencias van disminuyendo a lo largo del tiempo, siguen siendo las mujeres las que más tiempo dedican a estos aspectos. Así, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos o hijas menores de 15 años destinan de media 1,1 horas más al día a su cuidado que los hombres que se encuentran en la misma situación (4,7 y 3,6 horas, respectivamente).

Conciliación

l Desigualdad. Según Eustat, las diferencias entre el tiempo diario dedicado por hombres y mujeres a los cuidados y a las labores de hogar alcanzan en 2023 sus valores mínimos. Si nos fijamos en la situación hace 10 años y en lo que respecta a los cuidados de personas dependientes y a las labores de hogar, la diferencia se reduce en 0,4 horas y en cuanto al cuidado de hijos e hijas la diferencia disminuye en 0,7 horas.

l Mejorando en el tiempo. A pesar de que las diferencias van disminuyendo a lo largo del tiempo, siguen siendo las mujeres las que más tiempo dedican a estos aspectos. Así, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos o hijas menores de 15 años destinan de media 1,1 horas más al día a su cuidado que los hombres que se encuentran en la misma situación (4,7 y 3,6 horas, respectivamente).

l Horas dedicadas. En cuanto a las horas dedicadas por las personas ocupadas al cuidado de las personas dependientes a su cargo, las mujeres ocupadas dedican de media 0,4 horas más al día que los hombres (2,3 y 1,9 horas, respectivamente).

l Reparto de tareas. En cuanto al reparto de las tareas domésticas entre los ocupados y las ocupadas, las mujeres dedican también 0,4 horas más al día que los hombres a dichas tareas.

l Satisfacción. Es de destacar que, por primera vez desde que se realiza la encuesta, son los hombres ocupados los que expresan una mayor satisfacción tanto con el tiempo dedicado al cuidado de sus menores.