En el Estado, 18 mujeres mueren cada día por cáncer de mama metastásico y 6.500 fallecen al año. Nuevos medicamentos, como Enhertu y Trodelvy, ofrecen buenas perspectivas y años de supervivencia, pero la sanidad pública no los financia y no todas las pacientes pueden pagar 5.500 euros por un ciclo de 21 días. El pasado 19 de junio, la financiación del medicamento que mantiene vivas a estas mujeres no fue aprobada por la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos a pesar de contar con el beneplácito de Europa.
A partir de ese día las mujeres con cáncer de mama metastásico emprendieron una lucha para tener visibilidad y han lanzado un vídeo en el que trasladan un mensaje contundente a Sanidad: “Nos morimos”. Pero esto puede evitarse porque existen medicamentos que “añaden vida a la vida” y, en esa espera, puede surgir un ensayo o un tratamiento que consiga hacer realidad el mayor deseo de estas pacientes: cronificar la enfermedad.
Raquel tiene 56 años. Fue diagnosticada con cáncer de mama con 43 años recién cumplidos. Hasta cinco años más tarde no apareció la metástasis, primero fue a los ganglios intraclaviculares, luego pasó al pulmón, al hígado y las últimas son las metástasis óseas. Esta paciente se trató en el Hospital de Basurto de Bilbao, pero a partir de 2023 le recomendaron que probase Enhertu por ofrecer una clínica muy favorable, aunque le advirtieron de que no estaba financiado, por lo que empezó a tratarse desde el sector privado.
Raquel empezó con Enhertu este mes de enero con ciclos de 21 días y el apoyo económico de su familia. Su seguro privado no cubre esa medicación, así que el peso económico queda para ella y sus allegados, que han tirado de sus ahorros para hacer frente a los pagos. La parte positiva es que el fármaco les ha devuelto calidad de vida, pero no sabe cuánto tiempo será efectivo “si tres años o tres meses”.
“Lo increíble es que muchas mujeres no pueden pagarlo. Es una inmoralidad” reconoce esta paciente que lleva seis meses con el tratamiento. Raquel reconoce que a la enfermedad se añade la tensión de no saber si puedes costearlo, conduce a un desgaste mental muy importante.
“Nos morimos”
El mismo discurso da Victoria Rodrigo, de 42 años y con cáncer de mama desde los 37, que progresó a metastásico hace tres años y que hoy afecta a pulmones, esternón e hígado. “Nos morimos por no poder pagar medicamentos innovadores que están autorizados y financiados en 16 países de Europa”, dice. Victoria reconoce que hay compañeras que se han muerto porque no han podido asumir el coste de un fármaco que llega a suponer 93.500 euros al año, el coste total de 17 ciclos de 21 días cada uno y un precio de 5.500 euros.
“La medicación tiene unos costes inasumibles así que no sé durante cuanto tiempo podré costeármelo”. Lo dice Victoria, que dispone de un seguro privado que, de momento, se hace cargo de la medicación, pero le consta que esta situación no durará siempre y teme ser excluida cuando la compañía decida que no supone un beneficio económico. Hasta ahora ha podido disponer de Enhertu, un tratamiento monoclonal que, al igual que Trodelvy, va directo al tumor y no afecta a otras partes. Son tratamientos novedosos, que dan una supervivencia media de 23 meses. Victoria desarrolló un cáncer hormonal tras cinco años de tratamiento con estrógenos y progesterona para tener hijos, que finalmente no llegaron. “El cáncer derivó en metástasis, pero ese riesgo no se avisa, te dejas tus ahorros y no existe un protocolo a pacientes de treinta y pico años. Hasta que no ves un bulto te siguen pinchando”, explica. Con ironía, Victoria señala que el cáncer de mama que se publicita, “es rosa”, pero el 25-30 % deriva en metástasis “y eso no se sabe”. Enhertu está financiado en España para un tipo de tumor metastásico de mama que afecta a un 15 %. “¿Qué pasa con el 85 % restante?. Es un tratamiento que funciona con todos los pacientes; por qué no se aprueba para todos es algo a lo que Sanidad no contesta.