Cien años no se cumplen todos los días y llegar al siglo de vida es motivo más que suficiente para hacer una gran celebración. En esas está el hospital San Juan de Dios de Santurtzi, centro que abrió sus puertas en 1924 y que, desde entonces, no ha cejado en su propósito de velar por la salud de la ciudadanía vizcaina y, en especial, de los vecinos y vecinas de Santurtzi y Portugalete, municipios en cuya frontera natural está ubicado San Juan de Dios.

Con todo, en la mañana de este jueves, el centro hospitalario santurtziarra ha lucido sus mejores galas para disfrutar de una jornada histórica con unos actos de celebración del centenario que han estado encabezados por el lehendakari, Iñigo Urkullu. “Euskadi ha avanzado siempre desde la colaboración y el trabajo en equipo. Es lo que denominamos auzolana. Quien nos necesita, sabe que ahí nos tendrá. Este es el espíritu con el que nació el hospital San Juan de Dios y que queda reflejado en su premisa inicial que hoy recordamos porque sigue vigente: Contribuir al mejoramiento material y moral de los vizcainos dolientes”, ha indicado el lehendakari, quien, además, dejó una dedicatoria en el libro de firmas que el centro hospitalario fundado por la Fundación Benéfica Aguirre y gestionado por los Hermanos de San Juan de Dios ha dedicado a lo largo de este siglo para los eventos más importantes.

Además de Urkullu, hubo una nutrida representación institucional en la que se encontraban el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes; la diputada foral de Acción Social, Amaia Antxustegi y los alcaldes y alcaldesas de Santurtzi, Portugalete, Sestao, Ortuella y Trapagaran respectivamente.

A todos ellos se dirigió Vicente Fernández Zurita, director gerente del centro hospitalario santurtziarra. “A lo largo de estos cien años este hospital no ha cerrado ni un sólo día y siempre hemos buscado aliviar al que sufre”, ha señalado Fernández Zurita, quien puso en relieve el avance tecnológico experimentado por San Juan de Dios y las 25 especialidades médicas y quirúrgicas con las que cuenta.

PUNTO ATENCIÓN SANITARIO

Por su parte, los Hermanos de San Juan de Dios son los encargados de gestionar este centro que, tras sus inicios como punto de atención y sanatorio para la infancia, ahora es todo un referente sanitario que forma parte de la red de Osakidetza en un ejemplo de colaboración público-privada. “Este hospital es una institución abierta y dinámica que ha sabido adaptarse a los tiempos y estos cien años nos muestran que la voluntad fundacional de aliviar al que sufre se ha mantenido en el tiempo”, ha declarado el Hermano Amador Fernández, representante de la Orden de San Juan de Dios.

Que pasados cien años este hospital siga al pie del cañón debe de ser un orgullo para sus fundadores, la Fundación Benéfica Aguirre y así lo ha expresado esta mañana Fuensanta Icaza, presidenta de esta entidad. “Hoy empezamos a escribir el libro del segundo centenario de este hospital. La sociedad ha cambiado mucho y también lo ha hecho la atención sanitaria, pero no ha variado un ápice nuestro compromiso con la salud y los cuidados”, ha refrendado Icaza.

Cuando en el año 1920 la Fundación Benéfica Aguirre y los hermanos de la Órden de San Juan de Dios acordaron construir un hospital en Ezkerraldea, encontraron en la muga entre Santurtzi y Portugalete el emplazamiento ideal para crear el centro hospitalario por ser un lugar bien comunicado con Bilbao, estar expuesto al sol y contar con la brisa marina. Desde que abriese sus puertas hace un siglo, el hospital San Juan de Dios y Santurtzi, el municipio en el que se alza, tienen una estrechísima relación.

“Es un placer estar celebrando el centenario de este centro hospitalario que tanto ha dado y da a Santurtzi y a Bizkaia. Sois fundamentales para el cuidado de los santurtziarras y siempre habéis estado ahí, sin pedir nada a cambio. Sois todo un ejemplo en valores”, ha desarrollado Karmele Tubilla, alcaldesa de Santurtzi. Y es que San Juan de Dios ha vivido desde su fundación una Guerra Civil en la que fue hospital de sangre, varias crisis económicas, algunas catástrofes como la explosión del colegio Marcelino Ugalde en Ortuella y, más recientemente, la pandemia.

300 TRABAJADORES

La historia del hospital San Juan de Dios sería imposible sin la ardua labor de sus profesionales, una plantilla que, actualmente, ronda las 300 personas y que hace posible que el centro hospitalario siga avanzando y ofreciendo un mejor servicio. Pablo Lledó es, actualmente, el director médico del hospital y se conoce los entresijos del centro hospitalario como nadie, no en vano lleva más de 40 años trabajando en San Juan de Dios. “Llevo toda una vida aquí. Llegué en prácticas con 19 años y más de 40 años después aquí sigo. Jamás hubiese imaginado desarrollar toda mi trayectoria profesional aquí en San Juan de Dios y estoy muy contento por ello”, ha reconocido Lledó. Desde dentro, no sólo ha visto los cambios experimentados por la sociedad, sino también la labor que ha llevado a cabo el centro hospitalario para adecuarse a las necesidades de cada época. “Ver todos los cambios que ha experimentado el hospital ha sido apasionante.

El cambio que ha dado es increíble. Antes era una clínica en la que se trataban las secuelas dejadas por la poliomelitis en niños, se les educaba y se les enseñaba un oficio... Cuando yo llegué era una clínica general con muchas especialidades, había partos... Y ahora hemos seguido evolucionando y mejorando. El mayor cambio ha sido a nivel tecnológico”, ha indicado Lledó, quien destaca el ambiente familiar existente en el hospital.

EL HOSPITAL ES PARTE DE MI FAMILIA

En el caso de Vanessa Machado, trabajadora social de San Juan de Dios, se ha convertido en una cuestión de familia pura y dura. No en vano, a raíz de su trabajo, su propio padre se ha convertido en voluntario. “Mi padre es voluntario y para mí el hospital es parte de mi familia porque como ciudadana ha estado muy presente desde pequeña. Luego, cuando tuve la oportunidad de trabajar aquí, el voluntariado me pareció algo muy distintivo, se lo dije a mi padre y desde entonces dedica su tiempo a ayudar”, quien ejemplifica lo que un siglo después es San Juan de Dios, un centro muy familiar en el que se vela por la salud y el cuidado de la ciudadanía.