Activistas vascos de Amnistía Internacional entregarán hoy martes en la Embajada de Argelia en Madrid 30.000 firmas en apoyo al exmilitar Mohamed Benhalima, condenado a muerte y deportado desde España en marzo de 2022. Benhalima residió en Bilbao y era miembro del grupo local de Amnistía Internacional y fue detenido en Zaragoza después de haber solicitado asilo. El exmilitar está condenado a muerte por “difundir publicaciones perjudiciales” en sus redes sociales y aún tiene abiertas medio centenar de causas en diferentes procesos judiciales por sus declaraciones contra el ejército argelino.

Junto a las firmas recogidas en Euskadi, Amnistía Internacional también entregará en la embajada de Argelia la declaración del Parlamento vasco, de junio del pasado año, en la que pide a las autoridades argelinas la anulación de la pena capital y su puesta en libertad.

Pero ¿quién es Mohamed Benhalima? Pues como recoge la propia AI en su web, es un exmilitar argelino de 32 años, acusado de terrorismo por participar en manifestaciones en las que se pedía democracia. Benhalima también denunció irregularidades y corrupción de altos mandos del ejército de Argelia.

Cuando supo que iba a ser detenido en Argelia, a finales de 2019, Benhalima llegó a España. Solicitó asilo político en febrero de 2020 y un año más tarde ingresó como activista en el grupo de Bilbao de Amnistía Internacional. Para los compañeros y compañeras de AI, era Moha.

Además de Moha, en Euskadi había otro exmilitar argelino, Mohamed Abdellah, con idéntico compromiso democrático. En agosto de 2021, Abdellah acudió a una citación de la Policía Nacional en Gasteiz para renovar documentación y salió de comisaría para ser deportado en pocos días a Argelia. Su familia vive actualmente refugiada en Gipuzkoa.

Según AI, Moha les pidió ayuda nada más recibir su citación para un trámite similar: “Si me quedo aquí, me deportan como a Abdellah”. Escapó a Francia, pero siguió en contacto con el grupo. A primeros de febrero de 2022, se conoció que acababa de ser detenido en París. Estaba hospitalizado por una crisis de ansiedad desde el día siguiente a su detención. Le aplicaron el Convenio de Dublín por el cual Francia tenía 45 días para estudiar si procedía o no la entrega de Mohamed a España, donde había solicitado asilo inicialmente. “No soy un terrorista –declaró Moha–, nunca he cometido actos de sabotaje. Me he manifestado en la calle y en redes sociales como hacéis en España, pero Argelia considera terrorista a quien quiera cambiar las cosas por medios pacíficos, que allí son ilegales porque en Argelia no se respetan las libertades. Mi país tiene gas, pero no derechos humanos”.