Hoy está permitido estar de bajón. Y no solo porque anuncien temporal de nieve, sino porque ha llegado uno de los días más reconocidos en los últimos años: el blue monday. Según una supuesta fórmula matemática, este día es catalogado como el lunes más infeliz del año ya que acumula las peores variables. A saber, los factores que ubican al blue monday en el tercer lunes de enero son el clima (C), la deuda (D), el salario mensual (d), el tiempo transcurrido desde las Navidades (T), el tiempo desde que se ha fallado en los propósitos de año nuevo (Q), la escasa motivación (M) y la imperiosa necesidad de actuar ante esto (Na).

Y aunque muchos expertos intentan desmontar esta teoría asegurando que no hay ninguna base científica para considerarlo un día aciago, sus defensores mantienen que, además del frío y del clima desapacible, los excesos navideños o la cuesta de enero son los principales motivos por lo que hoy el ánimo está por los suelos y no estamos precisamente para tirar cohetes. Todo ello sin contar que hemos vuelto a tirar la toalla porque somos conscientes de que tampoco vamos a cumplir los propósitos de año nuevo.

¿Y por qué azul?

Pues porque el azul es un color que se relaciona, a nivel de la percepción mental, con estados de ánimo bajos. La tristeza azul predomina en algunas regiones del hemisferio norte en donde los inviernos son sumamente crudos y durante varios meses se vive con gran ausencia de luz solar. Este año se da, además, la circunstancia de que está muy cercano en el calendario al día mundial de la depresión. Una patología, que puede ser muy incapacitante y que cada vez sufre más población, con dos millones de españoles diagnosticados, a los que les invade una sensación de tristeza continua, se encuentran apáticos para realizar sus actividades cotidianas y se declaran cansados, ansiosos y con pensamientos negativos extremos.