Mucha palabrería e intenciones, pero traducidas en acuerdos “poco ambiciosos”. Así es como traducen los expertos y activistas estos 27 años de cumbres de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), que inauguró el pasado 6 de noviembre su edición número 27 en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh.

Desde la Cumbre de la Tierra celebrada en Rio de Janeiro (Brasil) en el año 1992, en otras 26 reuniones más se ha tratado el tema del clima. Aquella de Rio hace 30 años puso la primera piedra en este largo y pedregoso camino.

En estas negociaciones oficiales anuales, gobiernos de todo el globo y líderes mundiales buscan pactar una hoja de ruta para frenar las emisiones de gases efecto invernadero, financiar planes de adaptación frente a la crisis climática y compensar las pérdidas y daños causados por el caos meteorológico. En definitiva, tomar las decisiones necesarias para cumplir con los compromisos de reducción de emisiones y evitar que la temperatura mundial aumentase en más de dos grados por encima de los niveles preindustriales, e intentar limitar el calentamiento global a los 1,5 ºC.

Numerosos diplomáticos, empresas y activistas se emplazan y reúnen para el lanzamiento de acuerdos, pactos y coaliciones globales por el planeta.

En la de este año de Sharm El Sheikh se pretenden cerrar varios acuerdos sobre hidrógeno verde o renovable, alcanzar una nueva alianza global contra la sequía, formar una coalición contra la desforestación y culminar otra nueva unión mundial por la energía eólica marina.

Pese a las muchas decisiones tomadas en todas las cumbres, solo en seis se lograron acuerdos o medidas para cambiar políticas nacionales.

1. Control de las emisiones (Berlín 1995)

La cumbre de Berlín celebrada en el 95 es considerada como la COP1, pese a que la precursora fuese la de Río tres años antes. Lo más destacable de aquella ‘primera’ reunión fue la decisión adoptada de reunirse cada año para monitorizar el calentamiento global y buscar maneras de reducir las emisiones de gases contaminantes.

2. Protocolo de Kyoto 1997

La ciudad japonesa que da nombre al famoso protocolo albergó la tercera edición. Dicho protocolo, firmado por 150 países, comprometía a los estados industrializados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero dentro de sus fronteras. En otras palabras, este instrumento legal traducía la Convención en un acuerdo vinculante para aquello estados “desarrollados”.

Esta COP3 marcó la senda para la creación del mercado de carbono. Así pues, se establecieron mecanismos de mercado para que los países que no alcanzasen la reducción comprometida pudiesen compensarla comprando derechos de emisión a otros países.

3. Objetivo 2ºC (Copenaghue 2009)

Uno de los mayores hitos se marcó en la COP15 celebrada en la capital danesa en 2009. El calentamiento mundial no podría subir en más de dos grados centígrados de los niveles preindustriales. Esto supuso que los países “avanzados” se comprometiesen a financiar las economías en desarrollo a largo plazo. Pero, el hecho de que la temperatura mundial no aumentase en 2 ºC tenía un carácter meramente voluntario, ya que los países no se comprometieron legalmente.

No obstante, no se consiguió adoptar el nuevo acuerdo climático global que debía sustituir al Protocolo de Kyoto con fecha de expiración en 2013.

4. Fondo Verde del clima (Cancún 2010)

Este mecanismo financiero se creó en la COP16 en la que Cancún (México) fue la anfitriona. Según la ONU, su objetivo es ayudar a países en desarrollo para que practiquen su adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.

5. Objetivo: fin de las emisiones (Durban 2011)

Más de 15 años tardaron países como EEUU, Brasil, China, India o Sudáfrica en comprometerse a empezar a reducir las emisiones de gases efecto invernadero. Este momento histórico se dio cita en la ciudad surafricana de Durban en la COP17, en 2011.

6. Acuerdos de París (París 2015)

El principal objetivo de los Acuerdos de París pasaba por mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados e intentar limitarlo o hacer esfuerzos por que no supere el grado y medio centígrado. Todo ello, por supuesto, respecto a niveles preindustriales.

La ciencia recomienda la cifra de 1,5 ºC como la máxima para evitar el daño irreversible a la Tierra. De superarse las consecuencias para el planeta y sus habitantes serían muy graves.

Estos acuerdos fueron ratificados por más de 200 países. Se convirtieron así en un tratado global, el cual debía posibilitar la acción hacia una transformación a un modelo de desarrollo bajo en emisiones.

Por último, se adoptaron estos acuerdos como hoja de ruta para materializarse la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Extra (MADRID 2019)

Pese a que no supuso un gran avance en materia política o en decisiones tomadas, fue la cumbre que más tiempo duró y la que tuvo una mayor movilización de la sociedad civil. Por si fuera poco, el seguimiento mediático fue algo de lo nunca visto.

En lo que al tema climático respecta, los grandes emisores de CO2 del planeta –Estados Unidos, China, India, Japón, Brasil y Arabia Saudí, entre otros a excepción de la UE—no se mostraron nada responsables ante la necesidad de medidas urgentes en un momento crítico.