La ciencia vasca ha captado 1.528 millones de euros de fondos europeos

Es lo que el director científico de Ikerbasque, Fernando Cossío, definió ayer como “círculo virtuoso” gracias al que el ecosistema científico y tecnológico de un país tan pequeño como Euskadi “se ha convertido en una referencia mundial y en un polo de investigación muy reconocido y valorado”, según el consejero de Educación, Jokin Bildarratz.

No obstante, no es oro todo lo que reluce en el Informe sobre la Ciencia 2022 que ayer se presentó en la sede de Ikerbasque ya que la inequidad y la brecha de género siguen siendo una asignatura pendiente de las estructuras de la investigación vasca.

En 2020 Euskadi supera por primera vez en su historia las 21.300 personas que se dedican a labores de investigación. En equivalencia de jornada completa a investigación serían más de 13.500 personas dedicadas a investigación, lo que consolida la tendencia al alza del número de investigadores. Estas cifras indican que más del 2% de la población activa de Euskadi se dedica a labores de I+D, esto es, dos personas de cada cien profesionales en Euskadi se dedican total o parcialmente a investigación. Este porcentaje posiciona a Euskadi como la comunidad líder estatal en este indicador.

Brecha de género

El crecimiento de la población investigadora de Euskadi, no obstante, no ha contribuido a reducir significativamente la brecha de género. De hecho en 2020 el porcentaje de mujeres investigadoras apenas superó el 35%, sin una tendencia creciente perceptible en la última década y con un incremento de tan sólo un 2% en los últimos 15 años. Y eso que el peso relativo de las mujeres en la defensa de tesis es superior al de los hombres pero hay 0,9 mujeres investigadoras por cada hombre investigador en el sistema universitario vasco.

En cuanto a las ratios por sexo del personal dedicado a actividades de I+D en el ámbito universitario, es decir, el PDI, la brecha sí que se reduce en comparación con el conjunto de Euskadi. Los datos parecen indicar que si se mantiene la tendencia de la última década, se podría llegar a alcanzar la paridad en el ámbito universitario a medio plazo. No obstante, todavía son muchos más los catedráticos que las catedráticas, y el porcentaje de mujeres que son investigadora principal de un grupo de excelencia ha subido del 27,1 % de 2012 al 37%.

Ante estos datos el consejero Bildarratz señaló que la situación “se está equilibrando” aunque aún haya un “efecto tijera”, con más mujeres en la fase de investigación predoctoral pero menos en la postdoctoral. “No se puede cambiar drásticamente en poco tiempo, pero sí evoluciona y se llegará a un escenario significativamente mejor en los próximos años” con las medidas que se toman para mejorar la “flexibilidad” en la investigación, apuntó Cossío.