El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió ayer miércoles el respeto “escrupuloso” en las actuaciones policiales para defender la frontera de Melilla de “ataques violentos” como el ocurrido el pasado viernes, asegurando que no tiene “ningún complejo” ante controles internos y externos como el planteado en investigaciones de la Fiscalía General del Estado o Naciones Unidas.

En la sesión de control al Gobierno, Grande-Marlaska afeó a los grupos que hagan una “interpretación parcial” e “interesada” de lo que dijo Sánchez cuando calificó que el incidente en Melilla había sido “bien resuelto” por la actuación conjunta de las policías españolas y marroquíes. PP, PNV y EH Bildu afearon las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, señalando que quedan “muchas incógnitas” por resolver.

“El presidente del Gobierno en modo alguno justificó ninguna vulneración de derechos humanos”, señaló, expresando de nuevo la solidaridad del Gobierno con los migrantes fallecidos. También hizo lo mismo con los policías heridos el pasado viernes, recordando que en lo que va de año unos 2.000 guardias civiles han resultado heridos.

El titular del Interior afirmó que no tiene “ningún complejo” a someterse a controles externos o internos –se hacen siempre, según él– sobre el trabajo policial en la “frontera de Europa con Marruecos”. “Un Estado de derecho no puede aceptar en modo alguno ataques violentos a su frontera y sus fuerzas de seguridad”, ha reiterado, como dijo el pasado lunes al visitar el centro de mando en Ifema para la cumbre de la OTAN.

En este sentido, respondió a EH Bildu calificando de “falsedades” que gendarmes marroquíes cruzaran al lado español para contener la entrada de más de 2.000 subsaharianos, de los que 133 lograron acceder a Melilla y ser atendidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI),.pese a que en un vídeo difundido por el diario Público se muestra como gendarmes marroquíes estaban en suelo de Melilla y devolvían a los migrantes a suelo de Marruecos.

Desde el PNV Iñigo Barandiaran aseguró que “lo que ha sucedido en una y otra frontera no se debiera poder repetir y mucho menos justificar y mucho menos que lo haga un presidente del Gobierno”, lo que ha provocado la respuesta del ministro, que le ha pedido –sin éxito– que retirase esas palabras.

“Efecto llamada”

El diputado del PP José Antonio Bermúdez de Castro afeó, por su parte, el “efecto llamada” tras la acogida al inicio del mandato de Sánchez de los migrantes del barco Aquarius o la “política de puertas abiertas” que promueve Unidas Podemos, socio del Gobierno.

Para Marlaska, sin embargo, el Ejecutivo lleva a cabo una “política seria” en la que se cumple la ley “escrupulosamente” para garantizar flujos migratorios que ha calificado de “legales, seguros y ordenados”, además de luchar contra las mafias.

El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu recordó la gestión del exministro del PP Jorge Fernández Díaz para, remontándose a la tragedia del Tarajal, echar en falta por parte del actual ministro del Interior que no hiciera como su antecesor: dar explicaciones de oficio en el Congreso, poner en la web del Ministerio la imagen del perímetro de la frontera o dar detalles del material antidisturbios utilizado.

Además, Iñarritu pidió que se dé detalles sobre la relación con las mafias de los migrantes que querían entrar en Melilla el pasado viernes. “Fue un ataque violento”, reiteró Grande-Marlaska, que se preguntó cómo 2.500 personas se reúnen si no de “improviso utilizando medios peligrosos” contra los agentes de las fuerzas de seguridad.

“No había visto las imágenes”

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, justificó ayer miércoles sus palabras asegurando que no había visto las imágenes de los fallecidos amontonados en Nados –23 migrantes muertos según las autoridades marroquíes, una cifra que las ONG elevan a 37–.

Sánchez afirmó que es el “último acto de un drama que empieza mucho antes, a muchos kilómetros” en este caso en Sudán. Sánchez dijo que “por supuesto” hay que ser “empáticos” y ponerse en la piel de aquellos migrantes que han sufrido y han muerto y de sus familias, pero, a continuación, pidió ponerse “en la piel y en los zapatos” de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de España y de Marruecos, recordando que hubo gendarmes muertos, aunque Marruecos nunca lo ha confirmado.