Aves, crustáceos, helechos, insectos como la avispa asiática o el mosquito tigre, mamíferos como el visón americano o la rata almizclera, moluscos como el mejillón cebra, reptiles, gusanos y también peces y plantas. Euskadi cuenta con la presencia de 51 especies incluidas en el Catálogo español de especies exóticas invasoras.Están consideradas como una de las grandes amenazas para los hábitats de interés de Euskadi. Ejemplos de ello son la avispa asiática y el mejillón cebra, que atacan por aire, agua y tierra la biodiversidad. Los datos de 2020, recogidos por Neiker y reflejados en el informe Ambiental recientemente elaborado por Ihobe, muestran dos fotos inquietantes. Por un lado, que en 2020 se retiraron en Euskadi 5.012 nidos de avispa asiática, lo que supone un incremento del 340 % respecto a 2012. Y, por otro, que el mejillón cebra alcanza 255 kilómetros de ríos y un total de siete embalses.

la devoradora de abejas

La avispa asiática se introdujo en Europa por medio de la importación de mercancías de Asia. La primera cita oficial se sitúa en 2005 en el departamento francés de Lot et Garonne y de ahí se extendió con rapidez por toda Aquitania, pero los primeros nidos en Gipuzkoa y Nafarroa se detectaron en 2010.

La avispa asiática es grande y voraz, se adapta bien al medio y no tiene depredadores naturales. Solo el ser humano, entretenido en mil labores. La ausencia de rivales la ha convertido en una plaga. Según datos facilitados por las diputaciones forales y centralizados por Neiker, en 2012 la presencia y distribución de la avispa asiática aumentó espectacularmente en Gipuzkoa, mientras que en 2013 se detectó su presencia en Bizkaia y en Araba.

En el último año del que se disponen datos, 2020, las diputaciones notificaron la retirada de 5.012 nidos, lo que representa un incremento del 340% respecto a 2012. Desde ese año, el número de nidos identificados se ha visto incrementado hasta llegar al máximo de la serie histórica en 2018, con 6.690 nidos. Cuanto más llueve, menos se detectan. Y viceversa.

Según recoge el perfil ambiental de Euskadi sobre biodiversidad, los impactos más directos y visibles de esta invasión biológica son los producidos sobre la abeja doméstica. A pesar de alimentarse también de frutos maduros y otros insectos, el 75% de sus capturas son abejas. La avispa asiática es voraz.

Asimismo, el estudio de Ihobe señala que la introducción de la avispa asiática puede tener impacto sobre la diversidad vegetal al incidir sobre el insecto polinizador por excelencia, y sobre el equilibrio poblacional de otras especies, principalmente insectos.

la plaga del mejillón cebra

Otro ejemplo es el del mejillón cebra, que sigue incrementando su población en las cuencas cantábricas y en 2020 alcanza 255 ríos y 7 embalses. No hay manera de acabar con él, a pesar de los rigurosos controles que se realizan. La Agencia Vasca del Agua inició los controles en 2006.

El mejillón cebra se sujeta al fondo del río y cubre toda la superficie. Allí se asienta, defeca y muere, provocando el desastre para otros moluscos e incluso impidiendo la reproducción de algunas especies de peces. Pueden llegar a fijarse a las conchas de bivalvos autóctonos y al caparazón de cangrejos provocando su muerte. Sus heces empeoran la calidad del agua, lo que acaba con todo el fito-placton, algas microscópicas, e impide el acceso a ese alimento a los moluscos autóctonos y a otros invertebrados que dependen de él. Además, reduce la concentración de oxígeno en el agua. Un desastre. Desequilibra por completo un ecosistema.