No son pareja, ni familia en los papeles, pero su historia rezuma cariño. De Mica hacia la bilbaina Kristina Carmona por gestar, sin compensación alguna, a su hijo en Canadá. Y de Kristina hacia Mica, a la que está sumamente agradecida. Tanto que su pequeño se llama Mike "en homenaje" a esta generosa enfermera que le ha permitido ser madre, un sueño que había visto truncado tras sufrir un cáncer de útero. Suena a cuento con final feliz, máxime si va acompañado de una sonrisa del niño, pero el proceso fue largo y complejo. Cuatro años de trámites para estrecharlo en sus brazos. "La gestación subrogada no es ningún capricho de gais ricos, como quieren hacernos creer", aclara.

Con esas vivencias a sus espaldas, a Kristina le parece "un disparate" que el Ministerio de Igualdad se haya planteado siquiera la posibilidad de perseguir penalmente a las personas que opten por la gestación subrogada en otros países. Una propuesta que no se incluyó en el anteproyecto de Ley del Aborto aprobado ayer, aunque ya ha dejado huella. "La medida no ha salido, pero, con el ruido que han generado, el daño está hecho, porque la gente oye que nos quieren llevar a la cárcel y se queda con eso. Nos han intentado criminalizar", censura esta profesora, para quien se trata de "una campaña de desinformación hacia la sociedad, que estigmatiza a nuestros niños".

Por si fuera poco, dice, con su propuesta Igualdad "perseguía, sobre todo, a las mujeres, tanto a las que quieren gestar en nuestro país para quienes no podemos, como a las que acudimos a otros países, porque la mayoría de las familias que optamos por la gestación subrogada están formadas por una mujer que tiene problemas para gestar, no por parejas homosexuales", señala.

La nueva Ley del Aborto sí estipula, en cambio, que la gestación subrogada es una forma de "violencia reproductiva" contra la mujer, por lo que prohibirá la publicidad de las empresas intermediarias. "Ningún estamento internacional considera la gestación subrogada como una forma de violencia contra las mujeres. Países como Portugal, Irlanda o Gibraltar la tienen regulada y los que no, como Suecia, Estonia, Finlandia o Alemania, ya se han comprometido a hacerlo y viene España a decirles a todos que estamos explotando a sus mujeres. Es extravagante", afirma.

Lo que sí está contemplado a nivel europeo como "violencia contra las mujeres", apunta Kristina, es "la gestación subrogada forzosa". "Seguro que habrá malas prácticas, como en otros ámbitos de la vida, pero no podemos tomar la parte por el todo. Nosotros somos los primeros interesados en condenar firmemente esos abusos", asegura esta portavoz de la asociación de familias de Bizkaia por la gestación subrogada Gure Umeen Ametsak, donde conocen "la implicación que han tenido todas para que las mujeres gestantes realizaran el proceso de manera libre, voluntaria e informada".

Tras recalcar que el modelo de gestación subrogada que defienden es aquel en el que "se protege y cuida a la mujer gestante", Kristina dice que, pese a las dificultades, no renuncian a su lucha para que se legalice en el Estado. "No lo damos por perdido. De hecho, estoy segura de que vamos a ver una regulación en España. No va a ser pasado mañana, pero llegará y muchos tendrán que pedir perdón a nuestros niños por el acoso que han fomentado hacia ellos, porque van al colegio y, gracias a nuestra ministra de Igualdad, les pueden decir que los han comprado o que han escuchado en la tele que a su mamá la pueden meter en la cárcel".

La vocación de ayudar de Mica

Mica, la mujer que ha gestado al hijo de Kristina, es "enfermera, muy religiosa, y tiene vocación de ayudar a los demás. Está en los grupos de la Iglesia llevando comida a la gente que lo necesita y este verano va a convivir con familiares y enfermos de cáncer porque estas cosas la llenan. Vendrá a ver a Mike crecidito y nosotros volveremos", comenta esta madre bilbaina, que, a pesar de la distancia y la pandemia, vivió un "embarazo muy bonito y muy informado con ella, con las ecografías, en el WhatsApp continuamente...".

Cuando viajó a Canadá, la recibió con los brazos abiertos. "Me fue a buscar al aeropuerto de Toronto embarazada, tres horas de viaje, y me invitó a su casa para que me ahorrara el dinero del hotel porque, a pesar de que ellas no cobran compensación, los gastos del proceso son muy altos. Cuando nació Mike, nos llevó a todas las consultas médicas, a hacer los papeles...", recuerda y el crío se ríe como si lo entendiera.

Aunque "hay una instrucción que dice que cuando haya sentencia judicial hay que inscribir a los niños como españoles, no tiene rango de ley, y en Canadá no se hace. Para España Mike no es mi hijo y por eso no cobré las 16 semanas de permiso. Lo voy a judicializar", anuncia, triste por las piedras en el camino. "Estamos orgullosos de cómo los hemos traído al mundo y eso les repercutirá en positivo, pero esta campaña que de vez en cuando hace este Gobierno no ayuda nada". l

"Ningún estamento internacional considera la gestación subrogada una forma de violencia contra las mujeres"

"Habrá malas prácticas y las condenamos, pero no podemos tomar ?la parte por el todo"

Madre por gestación subrogada