En una escuela, a cinco minutos de su casa, en Kiev, disponía de un refugio, pero Antonina Tsurikova no sentía que fuera seguro. Por eso, la actriz decidió huir hacia el oeste del país, donde protegerse de la invasión rusa, junto a su madre. Sin embargo, la guerra es una realidad que difícilmente puede dejar atrás. Vive constantemente pendiente de las noticias y desde su cobijo intenta colaborar para ayudar a quienes más lo necesitan. Desde hace una semana no tiene noticias de su pareja, que se encuentra atrapado en Mariúpol, ciudad sitiada por las tropas rusas. "Estoy preocupada. Están matando a nuestra gente".Kiev es uno de los objetivos de Putin y las tropas avanzan.

—Así es. Es el objetivo número uno de Putin. Ahora mismo las tropas rusas están matando a nuestra gente en las pequeñas ciudades cerca de Kiev, como en Vorzel o donde está el aeropuerto. Ellos quieren atacar la capital.

¿Cómo viven esta situación?

—Con horror. A los de Kiev cada cinco minutos nos sonaba una alerta de aviso de bomba en el teléfono móvil. En la escuela teníamos un refugio con agua y electricidad y, aunque era profundo, no sentía que fuera del todo seguro.

A pesar del riesgo que corría, ¿le costó mucho tomar la decisión de abandonar su vivienda?

—Sí, pero todos mis amigos me dijeron que debía salir porque está la amenaza constante de los misiles. Además, los edificios están destruidos y quedarnos en la capital es un riesgo. Por eso nos trasladamos a un pequeño pueblo, cerca de la frontera con Hungría, y estamos viviendo en un hotel desde el viernes. Aquí no hay refugio porque en esta zona viven muchos húngaros. Es una mezcla de culturas, ucraniana y húngara.

Si los rusos invadiesen el pueblo en el que se refugia atacarían a Hungría y entonces...

—Atacarían a un miembro de la UE y daría paso a la Tercera Guerra Mundial. Por eso donde estamos ahora no tienen refugios y es seguro. Aquí no hay alertas aéreas como en la capital, Kiev.

Desde ese lugar está ayudando a las personas de su país.

— Sí, aunque yo desde el principio quería coger las armas y proteger a mi país y mi casa, a mi gente, mi Ucrania...

Ahora lo está haciendo de otra manera, también muy necesaria. ¿No cree?

—Sí, lo es, solo que no soy una persona a la que le guste estar quieta, soy muy activa... No me gusta estar en una silla. Sin embargo, hemos abierto un chat para los voluntarios, mantenemos la comunicación con diferentes grupos y recogemos dinero para cubrir las necesidades. Reunimos la información y si identificamos que hay alguien que necesita algo concreto, se lo ofrecemos, como ropa, calzado, comida... Además, también estamos juntando dinero para apoyar a nuestras fuerzas militares.

¿Tiene familia, amigos o pareja en otras ciudades de Ucrania?

—Sí, mi pareja está en Mariúpol, una ciudad que se encuentra al este de Ucrania. Es muy peligroso estar allí. La gente no tiene comida, ni agua, ni medicamentos y los ataques son constantes, pero los rusos no permiten crear los canales verdes. Las comunicaciones han caído, no hay ni teléfono y la ciudad está rodeada por los rusos.

¿Actualmente cuál es la prioridad para la población ucraniana?

—Es importante que nos ayuden a proteger el cielo. Nuestras tropas pueden protegernos desde tierra, pero no controlar el cielo. Por eso necesitamos la ayuda de Europa y de Estados Unidos. La gente está dispuesta a tomar las armas, a luchar por nuestro país. Nos mantenemos firmes.

"Cada cinco minutos sonaba en mi teléfono móvil una alerta de aviso de bomba en Kiev; no era seguro seguir estando allí"