Iñaki Martín Lesende lleva más de treinta años siendo médico de familia y acaba de recibir, en plena sexta ola, el premio al Mejor Médico de Familia del Estado de 2021 otorgado por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME). En un momento en el que la atención primaria se encuentra a "niveles críticos" cuenta cómo ha sido recibir el galardón, ejercer en una pandemia y cómo ve el presente y el futuro de su especialidad.

En primer lugar, felicidades por el galardón. ¿Cómo ha sido recibir ese premio a Mejor Médico de Familia 2021?

—Muchas gracias. El premio tiene mucho reconocimiento y es algo que era difícil de conseguir, y aunque tengo un perfil que reunía los requisitos más o menos en cuanto a tiempo trabajado, ámbitos donde he trabajado, desarrollo de la formación, de la docencia, de la investigación... Fue una sorpresa porque nunca sabes. Cuanto más importante es un premio más difícil es conseguirlo.

Hace 34 años que decidió dedicarse a la medicina familiar, ¿qué le hizo decidirse por esa especialidad?

—A mí siempre me ha gustado lo que es la medicina general. Desde que era pequeño tenía un buen concepto de ella porque es la medicina que nosotros conocíamos, es lo más cercano, lo más amplio, porque abordaba casi todos los problemas con una relación familiar del médico con la comunidad. Me presenté al MIR el primer año nada más acabar la carrera y tuve la suerte de poder escogerla.

Sin embargo, ahora la atención primaria está en un momento complicado. Usted que es también profesor, ¿cómo ve a los alumnos respecto a esta especialidad?

—Me apasiona verles cuando vienen a rotar a los centros de salud. Es el primer contacto que tienen con la asistencia y cuando nos ven como referentes, incluso ahora en época de pandemia, que se dice no atendemos pacientes, vienen y pueden ver que sí atendemos presencialmente, que atendemos urgencias, patologías crónicas, domicilios... Yo creo que disfrutan.

¿Cómo ha evolucionado la especialidad con los años?

—Hasta hace unos años yo creo que había una buena apuesta con toda la reforma de atención primaria fundamentalmente de los años 80, con el despliegue de los centros de salud, trabajar en equipo... Había cierto entusiasmo y prestigio de trabajar en un centro de salud, de ser un profesional de atención primaria. Pero ya se veía venir, en los años anteriores a la pandemia, desde hace por lo menos cinco años, el problema que iba a suponer el déficit de profesionales.

Considera, por lo tanto, que la atención primaria no está en su mejor momento.

—Está en niveles críticos. Yo siempre lo había visto en cierta manera como positivo, porque decía: esto tiene que cambiar. La verdad es que la pandemia lo que ha hecho es hacer más evidente todos estos déficit que había en la atención primaria. Lo que está pidiendo a gritos es que vayamos introduciendo cambios para salir de aquí ya con una estructura para potenciar una atención primaria, para volver a tener una atención primaria de calidad y universal como teníamos hasta ahora. Sobre todo de calidad.

Habla de cambios en la atención primaria, si tuviese la oportunidad, de mantener un encuentro con la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ¿qué le trasladaría?

—Yo tengo claros una serie de puntos que, desde mi punto de vista, tendría que llevar implícita la reestructuración de la atención primaria para que no se viva la situación que estamos viviendo ahora. La primera es que hay que darle a la atención primaria la importancia que tiene. El 90% de los problemas que entran por la atención primaria se contiene en la atención primaria, no pasan a otros niveles asistenciales, por eso es terriblemente eficiente potenciarla. Esto conlleva que tiene que tener más recursos, ha habido un déficit de recursos ya tradicionalmente en las últimas décadas y para conseguir una atención primaria de calidad necesitas recursos en presupuesto y en personal. Hay que darle valor y llevar a cabo una desburocratización porque lo que vemos hoy en día, y con la pandemia más, es que estamos haciendo un montón de tarea burocrática que no tiene un valor asistencial. También tenemos que hacerla moderna y, sobre todo e importantísimo, atractiva en competencias.

¿Es el covid el mayor reto al que se ha enfrentado en sus más de treinta años de carrera?

—Claro, no esperábamos encontrarnos esto, no esperábamos una situación tan grande de sobrecarga, a veces de desconcierto, de miedo... Tal vez, si hubiéramos tenido una atención primaria que ya veníamos reclamando desde años anteriores, esto hubiera afectado menos. Quizás a nivel sanitario global no, pero en el ámbito que yo me muevo, que es la atención primaria, creo que habría sido fundamental.

Si tuviera qué hacer balance de cómo ha funcionado el sistema sanitario durante la pandemia, ¿qué diría?

—La gestión ha tenido sus más y sus menos, sobre todo al principio. Ha habido medidas que se podían haber evitado, por ejemplo, cuando se prescindió de profesionales. Esa ha sido una de las razones por las que nos ha pillado a la atención primaria otra vez con el pie mal puesto.

"Tal vez, si hubiéramos tenido la atención primaria que veníamos reclamando desde hace años esto (covid) hubiera afectado menos"