La pandemia del coronavirus no termina de dar tregua a la sociedad y continua manteniendo en jake al sector de la hostelería. Recortes, restricciones, cambios de normativa, control de aforos... El gerente de la asociación de hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, apenas ha cogido vacaciones este año porque le ha tocado estar en primera línea atendiendo al sector que representa. "Ha sido un año muy duro, estoy cansado", se sincera. Y cuando parecía que la luz se vislumbraba al final del túnel, el coronavirus vuelve hacer de la suyas y obliga a tomar nuevas medidas que afectan a las celebraciones navideñas. "Hay un montón de empresas, de autónomos que están en la cuerda floja y que dependían de las navidades para intentar salir a flote, pero con las nuevas restricciones difícil lo veo que se pueda salvar", lamenta, preocupado el gerente de los hosteleros. La palabra incertidumbre es lo que ha marcado su día a día al frente de la asociación que representa ya que son innumerables los negocios que penden de un hilo tras dos años de pandemia. "Uno de los mayores enemigos de la economía es la incertidumbre y es lo que estamos sufriendo. Llevamos muchos meses así y es muy difícil hacer previsiones con esta situación", asegura.

A Héctor le ha tocado no solo gestionar los problemas que sufren sus asociados sino en muchos casos hacer incluso de psicólogo ante verdaderos dramas que inevitablemente te terminan a afectando a nivel personal. "La hostelería lo está pasando mal, hay muchas familias que se han endeudado para seguir con sus negocios y todavía no pueden trabajar al cien por cien porque siguen teniendo que adaptarse a nuevos recortes y restricciones".

A todo esto hay que añadirle la fatiga psicológica, mental y física que ha supuesto dos años de pandemia. Para Sánchez ha sido casi imposible desconectar. "Es muy frustrante ver que no acaba y que cuando parece que todo empieza a ir un poco mejor se vuelven a torcer las cosas. He tenido días de dormir poco. La incertidumbre en la hostelería me quita el sueño", confiesa.

Entre las cosas buenas quiere reconocer el comportamiento ejemplar de los más pequeños de la casa. "Con mascarilla, con recreos limitados, confinados al principio. No protestan y como sociedad deberíamos estar orgullosos de que han sabido adaptarse mejor que los adultos".

"Lo mejor ha sido el ejemplo que han dado los pequeños de la casa; se han adaptado mejor que los adultos"

Gerente hosteleros Bizkaia