Dentro del proceso de Reflexión Estratégica 2035, Bilbao Metropoli 30 ha lanzado este otoño un grupo de trabajo con el objetivo de definir oportunidades y acciones concretas para nuestra metrópoli e Iturbe ha liderado este taldeque se ha reunido de forma telemática en tres ocasiones. En la definición de objetivos para el Bilbao Metropolitano se han buscado modelos internacionales de referencia y propuesto acciones concretas, con el compromiso e involucración de las empresas participantes en el grupo.

¿Qué oportunidades reales existen derivadas de la Inteligencia Artificial (IA)?

—En la sociedad en general, y en el ámbito empresarial en particular, estamos viendo que las oportunidades reales llegan hasta donde seas capaz de imaginar y donde tengas talento para llevarlas a cabo. Las oportunidades reales son tan extensas que, como hemos visto con Bilbao Metropoli 30, al hacer una lista de oportunidades, el mayor esfuerzo hay que dedicarlo a identificar las más urgentes y las que den un mayor beneficio de manera clara.

¿En qué grado se pueden beneficiar los ciudadanos de ello?

—Es la pregunta que hemos tratado de responder en el grupo que hemos realizado con Bilbao Metropoli 30 y otros muchos referentes de la región. La conclusión es que tenemos mucho potencial que aprovechar, sobre todo en aspectos de movilidad urbana, de vehículos y personas; en gobernanza y calidad de los servicios públicos, en competitividad empresarial, de empresas nuevas y ya establecidas, así como en calidad de vida ciudadana, donde podemos encontrar mejoras relacionadas con la sostenibilidad y el medio ambiente en zonas urbanas.

¿Cómo nos puede ayudar la IA a predecir el futuro y saber qué pasos idóneos dar como colectivo?

—Es cierto que la IA ayuda a predecir el futuro, pero no hay que pensar en el futuro lejano sino en el cercano. Igual que una previsión meteorológica nos ayuda, con mayor o menor acierto, a saber el tiempo que hará la próxima semana, o si habrá viento, calor u olas en la playa, en el entorno urbano nos ayuda a conocer por ejemplo, cuándo se llenará cada contenedor de basura, cuál es la ruta óptima para un servicio público, o cuántos y qué tipo de clientes pasarán por delante de mi tienda el próximo sábado, que además hay partido y hace bueno.

Explique qué es la digitalización urbana a un lego en la materia.

—Es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para mejorar la vida del ciudadano. A partir de ahí, podemos profundizar en el cómo y el cuánto, pero los objetivos están claros.

¿A qué nivel se hallan los municipios de la metrópoli en este proceso?

—Nos hemos encontrado con una situación de partida donde hay muchas iniciativas independientes, y donde el trabajo realizado hasta el día de hoy está por encima de muchas otras regiones comparables.

¿Y se puede mejorar?

—No estamos entre las regiones que lideran este campo a nivel global, y ahí es donde queremos estar, aprendiendo de los aciertos de estas regiones punteras, siendo eficientes en las iniciativas que se toman y trabajando en equipo junto con otras organizaciones presentes en Bilbao y Bizkaia, que tienen mucho que aportar para conseguir este objetivo.

¿Qué prima más? ¿El servicio a los ciudadanos o la mejora de los consistorios como entes locales?

—Estos conceptos no son independientes. La mejora de un ayuntamiento como entidad se mide por la calidad del servicio que ofrece a los ciudadanos. Es verdad que existen categorías a la hora de enfocar las mejoras en las que se centra un ayuntamiento, y que pueden variar desde temas tan dispares como un ahorro de costes administrativos hasta el aumento de la seguridad de los ciudadanos, pero en todos los casos, el ayuntamiento se enriquece como ente local gracias a la mejora de los servicios que los ciudadanos demandan y valoran.

La IA y la digitalización urbana ¿son ideas que pueden ayudar a tener un concepto más arraigado de metrópoli en la ciudadanía?

—Aunque el objetivo de estos esfuerzos no es concretamente aumentar el arraigo de los ciudadanos, creo que puede ser una consecuencia positiva porque el ciudadano se da cuenta de los esfuerzos de su ayuntamiento por mejorar su calidad de vida, igual que el cliente de una marca lo hace cuando recibe un producto o un servicio de calidad. Esta percepción de los esfuerzos en mejora de los servicios, unida con la reducción de trabas y barreras innecesarias que a veces sufren los ciudadanos en su día a día, estoy seguro de que impactan en la satisfacción de los ciudadanos, así como lo hace en la mejora de su calidad de vida.

En todo este mundo tecnológico ¿ya hay pasos dados o aún tenemos que aprender tanto a nivel personal como colectivo o comunidad?

—Afortunadamente existen muchos pasos ya dados. Una de las tareas en las que nos hemos centrado en el talde ha sido precisamente la de evitar la duplicidad de esfuerzos realizados en otras iniciativas similares. Como comunidad tenemos que aprender a apoyarnos en iniciativas pasadas que han resultado útiles, y sobre ellas ser capaces de aportar un valor adicional, al tiempo que aprendemos de sus errores y sus éxitos.

¿Cómo pronostica que puede situarse la metrópoli a 50 años vista en cuanto a IA y digitalización urbana se refiere? ¿Nos cambiará mucho la vida como lo ha hecho el móvil en muchos menos años?

—Sin duda. Pronosticar a 50 años vista ya era difícil en el pasado y personas mucho más capaces que yo han cometido errores de bulto, por lo que poco puedo decir yo que resulte útil. Sin embargo, lo que podemos hacer es prepararnos hoy para una realidad que cada vez cambia más rápido. En la formación, la apuesta por la innovación y el respeto por los valores humanos, podemos apostar de manera segura para que los cambios en los que vayamos trabajando sean siempre un aporte positivo para la sociedad.

“Tenemos que aprender a apoyarnos en iniciativas pasadas útiles, y sobre ellas ser capaces de aportar un valor adicional”

“No estamos entre las regiones que lideran este campo a nivel global, y ahí es donde queremos estar, aprendiendo de sus aciertos”