"Necesitamos medidas y las necesitamos para todos, porque la situación se está haciendo muy dura". La voz de alarma llega desde los hospitales, el penúltimo lugar donde se sienten los efectos más duros del coronavirus. El jefe de Servicio Sanitario de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Donostia, Felix Zubia, no espera una evolución halagüeña de la pandemia si no se toman medidas: "Estamos a las puertas de tener que cerrar los colegios porque la transmisión es impresionante y porque los adultos no queremos tomar medidas. Me gustaría equivocarme, y si así fuera, pediría perdón, pero creo que lo que nos pasará es que los niños estarán sin clase mientras sigue la fiesta en la calle".

"Parece que quien está vacunado, y soy un acérrimo de la vacunación, puede hacer de todo y ahora parece que el pasaporte covid nos va a sacar de esta, y no es verdad. Hacen falta medidas generales, también para los vacunados, también para los vacunados con la tercera dosis, porque seguimos teniendo riesgo de transmisión", ha asegurado este domingo Zubia en el espacio Osasun Etxea, de Euskadi Irratia, donde interviene cada semana. El doctor avisa de que es una creencia errónea: "Existe el riesgo de pensar que como estoy vacunado, y como en el espectáculo, en el bar o restaurante o lo que sea que estamos, todos vacunados, no hay peligro. Esto no es verdad, porque sigue habiendo transmisión del virus".

"Gracias a la vacuna se reducen las hospitalizaciones y los fallecimientos, pero se reducen en comparación con olas anteriores. Si los casos siguen al alza y los porcentajes se cumplen, volveremos a ver los hospitales llenos, nos veremos obligados a detener la actividad quirúrgica ordinaria (en Catalunya y Aragón ya han empezado), es imposible trabajar en Atención Primaria... Si cada día hay 2.000 casos en Euskal Herria, unos 14.000 por semana, ¿cómo se va a llevar a cabo el control, el seguimiento, el aislamiento, el rastreo, las PCR...?"

"Es imposible trabajar en Atención Primaria, donde hay otro tipo de enfermos, y su atención se va a ver perjudicada sí o sí", ha reconocido Zubia, que ha explicado que sus colegas de este nivel sanitario "están reventados y no pueden más. En los hospitales empezamos a percibirlo, que empieza a tensionarse, empezamos a estar justos".

Durante su intervención ha recordado que en Hego Euskal Herria "hay 310 aulas cerradas", lo que supone cerca de 7.000 niños y niñas "en casa, que se dice fácil": "La incidencia entre estos niños es casi el triple que la de los adultos, pero entre los niños y niñas el 2% está contagiado. Eso quiere decir que pronto en todas las clases habrá algún contagiado. Con las medidas y la situación actuales, será imposible dar las clases con normalidad. Estamos a las puertas de tener que cerrar los colegios porque la transmisión es impresionante, y porque los adultos no queremos tomar medidas".

"Estamos dejando de nuevo a los niños de lado", ha clamado el jefe de la UCI del Hospital Donostia, porque entiende que la sociedad "nos hemos olvidado de sus vidas y de sus opciones. Estamos a las puertas de tener que cerrar los colegios y me parece estremecedor".

"Estamos en un riesgo serio de que nos pase esto y me gustaría equivocarme, y si así fuera, pediría perdón, pero creo que lo que nos pasará es que los niños estarán sin clase mientras sigue la fiesta en la calle, los bares abiertos y los quirófanos cerrados, los ancianos muriéndose y nosotros, de juerga. Eso me parece terriblemente duro y que nos define como sociedad, y no muy bien. Me genera tristeza, desazón y rabia", ha terminado por reconocer, antes de señalar de que la evolución de la pandemia se convierte en "una piedra que la lanzas cuesta abajo, que cuando coge velocidad es muy difícil parar".

Por eso, ha realizado sendas peticiones a las autoridades políticas y a la población en general. A los primeros, "que tomen medidas universales y más duras, para todos. Sabemos cuáles son porque las hemos visto en olas anteriores. Sé que no hay legislación. No sé a quién corresponde, si es una cuestión autonómica, de Madrid o de París, pero es el momento de tomar las medidas, porque si no, ocurrirá lo que he dicho".

Y a la población, Zubia ha pedido recuperar las medidas individuales y colectivas de anteriores olas: "Cuidemos por favor la ventilación, no nos acerquemos a aglomeraciones y dejemos por el momento tantas cenas, cenas de trabajo, de cuadrilla, etc.".

En una especie de pirámide de la pandemia, Zubia sitúa a la población general y sus medidas en la base de todo: "Evitar aglomeraciones, no mezclar unidades convivenciales, ventilación adecuada y mascarilla en interiores". Después, en los casos que fueran necesarios, entrarían en acción "las pruebas y los rastreadores, pero ¿cómo se va a hacer un seguimiento si cada día hay 2.000 casos nuevos? Es imposible. Entiendo la queja, pero no hay sistema que aguante ese ritmo". En la cúspide de esa pirámide sitúa Zubia la realidad hospitalaria, en la que asegura "no tiene sentido fijarse solo en la cúspide" sin atender el resto de la pirámide.

Si no se atiende la base del sistema, en las UCI donde trabaja él lo terminarán notando, pero "en la base de todo el sistema, en la Atención Primaria, será terriblemente increíble: la Atención Primaria no podrá hacer seguimiento y la actividad quirúrgica ordinaria habrá que pararla y la gente morirá. Para mí eso es increíble, es el fracaso de toda la sociedad. No veo ni conciencia, ni ganas ni intención, pero la realidad es la que es y hay bastantes probabilidades de que ocurra lo que puede ocurrir".

"Me genera mucha tristeza volver a tropezar en la misma piedra por sexta vez y que con la excusa del cansancio no hagamos nada", ha añadido Zubia, que ha pedido pensar en el personal sanitario: "Pensemos cómo estamos los trabajadores sanitarios. No sería aceptable que no hiciéramos nada con la excusa del cansancio, ¿verdad? Pido el mismo nivel de responsabilidad para todos los demás".