El Gobierno vasco activará de nuevo la emergencia sanitaria que estuvo en vigor en Euskadi entre junio y octubre de este año. Lo hará en cuanto reciba y analice el fallo del Tribunal Supremo favorable a su recurso contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) de no autorizar el pasaporte covid, el certificado digital que el Ejecutivo quiere implantar para permitir el acceso a locales de ocio nocturno, conciertos o restaurantes con comedores para más de 50 comensales.

"La situación sigue yendo a peor", afirmó ayer martes la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, al término del Consejo de Gobierno en el que se decidió activar la emergencia sanitaria con el fin de contener esta nueva ola del coronavirus, que empieza a ejercer presión en los hospitales vascos. La intención del Ejecutivo era esperar a conocer el fallo del Supremo para contar con "un marco jurídico completo", dijo Sagardui, que sustente la declaración de la emergencia y la consecuente entrada en vigor de la Ley Antipandemia.

Se da la circunstancia de que en mitad de la comparecencia de la consejera, junto al portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria; y el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, se tuvo conocimiento del fallo favorable del Supremo al recurso del Ejecutivo de Iñigo Urkullu. En cualquier caso, Zupiria optó por la "prudencia" en relación a los plazos de entrada en vigor de la emergencia sanitaria -"no sé ponerle tiempos al procedimiento", dijo-, si bien recordó que Sagardui autorizó la publicación de la orden que establece el pasaporte covid hace quince días, y consideró "una pena" que no haya podido entrar en vigor antes. Se presume, por tanto, que la emergencia sanitaria se pondrá en marcha hoy mismo o mañana.

En principio, el criterio para dar el salto a la emergencia sanitaria es que haya al menos 50 pacientes en las unidades de cuidados intensivos, y aunque aún no se ha llegado a esa cifra -ayer martes había 49-, la propia Sagardui ha relativizado dicho baremo, más teniendo la actual velocidad de propagación del virus.

Medidas de contención

Mientras el procedimiento al que apela Zupiria se desarrolla, apuntó Sagardui, el Ejecutivo está analizando posibles medidas de contención de las infecciones. Dispone para ello de las competencias propias y de la Ley Antipandemia, teniendo en cuenta las características propias de esta situación, "no comparables a las anteriores".

La consejera recordó que siguen vigentes medidas como evitar aglomeraciones, ventilación de espacios interiores, limpieza frecuente de manos o el uso correcto y continuado de la mascarilla en interiores, y también en espacios exteriores si no se puede guardar la distancia de seguridad. En ese sentido, el Gobierno vasco reiterará hoy miércoles la propuesta ya planteada al Consejo Interterritorial de Sanidad de modificar el Real Decreto para que el uso de la mascarilla sea obligatorio también en el exterior.

Además, recordó que están en vigor otras medidas, relacionadas con instituciones municipales, entidades, agentes y personas individuales que organizan eventos o actividades recogidas en la orden de la pasada semana. "Si prevén que no se podrá garantizar el cumplimiento de esas medidas preventivas, deben suspender o aplazar la actividad; y si en los eventos se guardan medidas preventivas, deben reforzarlas", emplazó Sagardui.

Llamamiento a la vacunación

Por otro lado, y ante la gravedad de la situación, con una notable escalada en los contagios -1.274 ayer martes-, 60 ingresos hospitalarios por covid-19 solo el lunes y los mencionados 49 pacientes en las UCI vascas, la consejera pidió a quienes todavía no se han puesto la vacuna que lo hagan.

Sobre todo, hizo un llamamiento al colectivo de entre 20 y 39 años, con un 80% de personas vacunadas que convendría ampliar, y que además es uno de los que más contacto social mantienen y por tanto una mayor capacidad de transmisión, tanto entre sus iguales como con otros colectivos.

En cuanto a la dosis de refuerzo, Sagardui explicó que ayer martes ya se habían remitido 60.000 citas, y en esa misma jornada se pusieron 1.834 vacunas, "todas las dosis disponibles".

La preocupación en el Gobierno vasco que ha llevado a plantear la declaración de la emergencia sanitaria deriva de la vertiginosa expansión del virus, pero más directamente de sus consecuencias en los hospitales. Todos los centros de Osakidetza se han situado ya en el segundo escenario del Plan de Contingencia, hay 251 camas de UCI habilitadas, se puede llegar a alcanzar las 692, y se empieza a reorganizar la actividad en los hospitales.

"Seguimos atendiendo todo lo urgente y oncológico, pero programaremos la actividad adecuándonos a las circunstancias", manifestó Sagardui. "Hemos hecho esfuerzos -prosiguió- para recuperar intervenciones no graves, y eso se va a ver modificado, puntualmente se habrá suspendido alguna intervención ya programada, pero sobre todo afectará a las que se van programando".

La consejera explicó que la apertura de un mayor número de camas UCI requiere de un incremento también de los ratios de personal cualificado para la atención de esas unidades. "Debemos actuar con responsabilidad y, sabiendo que va a haber más personas hospitalizadas y en UCI, debemos reorganizar la actividad para ajustarnos a los recursos actuales", insistió. En la actualidad, el 20% de las camas UCI están ocupadas por enfermos de covid-19, en un momento delicado por "la confluencia de enfermedades respiratorias".

También en la Atención Primaria se refleja el incremento de casos, y en ese sentido Sagardui dijo que son necesarios más recursos para hacer el seguimiento de las personas contagiadas, a las que no solo se comunica su positivo, sino que se monitoriza su evolución.

La variante ómicron

Por otro lado, la consejera de Salud aseguró que en el momento de su comparecencia no se había detectado en Euskadi ningún caso de la variante ómicron del coronavirus. "Tenemos poca información" sobre esta variante, señaló, pero recordó que en todo caso la Organización Mundial de la Salud la estableció el pasado viernes, en su sistema de clasificación de las variantes del SARS-CoV-2 como "una variante de preocupación", como la delta, tras haber sido considerada hasta entonces variante de interés. Sagardui advirtió de que "la característica de este virus es que no se puede prever su comportamiento".