N 20 meses en los que prácticamente solo se ha hablado de pandemia, los hospitales vascos han seguido trabajando en beneficio de sus pacientes, y no solo los de coronavirus. Por ejemplo, el Hospital de Galdakao ha logrado ser elegido como centro de excelencia en el cuidado perioperatorio. Los buenos resultados obtenidos, tras la implantación del proyecto Imprica, le han permitido obtener la acreditación como centro de excelencia en el cuidado perioperatorio de pacientes de cirugía colorrectal, con más de 150 intervenciones al año.

Su secreto es practicar un sistema integral de cuidados médicos centrado en el paciente y en la evidencia científica que busca otorgar la mejor atención y la más segura desde el momento en que se indica una intervención quirúrgica hasta la completa recuperación, tras recibir el alta y marcharse a casa.

El Hospital de Galdakao, junto al Universitario de Álava, ha conseguido este reconocimiento tras la auditoría realizada por el Grupo español de Rehabilitación Multimodal y gracias a un estudio que ha medido confort y satisfacción del enfermo, estancia postoperatoria, nivel de complicaciones asociadas, reingresos, reintervenciones o morbimortalidad.

“Hablamos fundamentalmente de cirugías mayores. Cirugía de colon, recto, estómago, histerectomías, cirugía de cadera, también del páncreas, o del hígado. Ese tipo de procedimientos donde la morbilidad asociada es mucho más alta”, explica Bakarne Ugarte, cirujana general y responsable de esta iniciativa en la OSI Barrualde-Galdakao.

el paciente como pilar

“Este programa supone un cambio de paradigma en la terapéutica tradicional para que la cirugía sea más segura y eficiente”, destaca esta cirujana, que describe el Imprica como la implementación de la vía RICA (Recuperación Intensificada en Cirugía del Adulto). Esta guía de práctica clínica es un gran trabajo de equipo ya que involucra a cirujanos, anestesistas y enfermeras.

Siempre teniendo al paciente como pilar de todo el sistema sanitario. “Es el centro del proceso. E implicarle tiene mucho que ver en su proceso de curación y en que la cirugía vaya de la mejor manera posible. En la consulta, le das indicaciones de ejercicios motores, de ejercicios respiratorios, corrección de la anemia, les modificas la dieta o si necesitan suplementos nutricionales. Todas esas medidas son decisivas. Porque si hace una buena prehabilitación, su recuperación va a mejorar muchísimo. Si realiza, por ejemplo, ejercicios respiratorios, presentan una mejoría en la incidencia de neumonías postoperatorias”, señala.

Además el retrato robot del candidato a este programa es muy amplio, personas de 18 a 85 años, pacientes autónomos ya que no se incluye a personas demenciadas ni tampoco a grandes dependientes.

Ventajas

Estos programas han demostrado una reducción significativa del número de complicaciones y de la mortalidad asociada en aquellos centros sanitarios en los que se han adoptado de manera rutinaria ya que rebaja las dificultades tras la intervención. Constituyen, además, un gran avance y consecuentemente, como indica la doctora Ugarte, “todo eso conlleva una disminución de costes sanitarios y hospitalarios”. “Bajan los reingresos, la reintervención, la estancia hospitalaria es menor, también se necesita menos ingresos en Unidades de Críticos porque antes algunos pacientes iban a Reanimación y ahora ya no van”. “Las complicaciones también bajan de forma considerable. Y eso redunda en un mayor grado de confort y satisfacción para el paciente”, precisa.

Pone un ejemplo. “Antes en una resección de colón y/o recto, el paciente se iba a casa, como media, alrededor del día siete y ahora puede ser dado de alta al tercer o al quinto día”, subraya. La cirujana explica que este tipo de intervenciones obedecen, mayoritariamente, a tumores “aunque también se puede practicar una resección como consecuencia de una diverticulosis”, manifiesta.

El protocolo es voluntario pero totalmente aplicable a toda la red sanitaria vasca. “Es absolutamente recomendable. Ahora estamos aplicándolo en cirugía colorrectal y gástrica, y además de la certificación en cirugía colorrectal, estamos pendientes de auditar los resultados en cirugía gástrica. Pero tenemos proyectado su inclusión progresiva en el resto de cirugías”, señala optimista Ugarte. Así, la doctora destaca que “estos programas de rehabilitación multimodal son extrapolables en otras áreas quirúrgicas, no sólo en Cirugía General. En nuestro centro, especialidades como Urología, Traumatología y Ginecología han mostrado su interés en implicarse en este proyecto”, asegura.

Los beneficios de este tipo de dinámicas de trabajo se pueden agrandar como una bola de nieve. Porque la idea es que “a partir de un grupo inicial motivado y específicamente formado se genere un efecto dominó hacia el resto de miembros de cada estamento implicado. Se desarrolla un verdadero trabajo en equipo con un fin común, que nuestros pacientes se recuperen mejor, más rápido y retomen sus vidas en las mejores condiciones posibles y a la mayor brevedad”, resalta Ugarte.

Más beneficios. En el Estado hay 21 centros de excelencia en el cuidado perioperatorio de pacientes de cirugía colorrectal, y dos están en Euskadi; el Hospital de Galdakao y el Universitario de Álava. Estos cuidados mejoran la recuperación de los pacientes y les permite retomar sus vidas lo antes posible. Los resultados han demostrado una mayor satisfacción y confort de los enfermos, una estancia hospitalaria menor, una tolerancia oral y movilización más precoces, y, además, una mejora en las complicaciones, reduciendo gran parte del coste sanitario.

El proyecto Imprica ha cambiado el paradigma de las terapias clásicas y ha conseguido que la cirugía sea más segura y eficiente

Se aplica básicamente en procedimientos quirúrgicos complejos como operaciones de colon, recto, estómago, cadera o hígado