Estudió hasta la ESO, trabaja en el obrador de una pastelería, aunque ahora está de ERTE, y aspira a seguir avanzando en su desarrollo profesional. “Voy a opositar para subalterna, pero me gustaría ser médica”, confiesa Natalia Rincón, una joven colombiana de 24 años que reside en Bilbao con sus padres, a los que “les gustó la idea” de que se animara a presentarse a la OPE.¿Se había planteado alguna vez participar en una oposición?

—Mi novio, que también tiene discapacidad intelectual, se presentó a la anterior. A esta no, porque está trabajando en una fábrica, pero me dijo que yo podía hacerla. Me lo pensé porque no estaba muy segura, pero en Lantegi Batuak me dijeron que era una buena oportunidad.

¿Le está costando estudiar?

—Estudiar se me da muy bien y la informática también. Estudio con una aplicación de Lantegi Batuak en la que salen preguntas de todos los temas. Busco las respuestas en el libro y así me las voy aprendiendo.

¿Le preocupa el día del examen?

—Sí, por los nervios. En la academia dicen que estemos tranquilos.