La prudencia y el respeto a los comportamientos fulminantes de la pandemia siguen muy presentes, incluso cuando los datos diarios asociados al virus son positivos; con matices, pero ciertamente favorables para mantener viva la esperanza todavía un tiempo más. Son, de hecho, las mejores cifras registradas durante este último año, o casi. La tasa de positividad, por ejemplo, sigue bajando y ya se sitúa en el 3,3%. A la espera de que hoy lunes sean ofrecidos los apuntes estadísticos sobre la incidencia acumulada del SARS-CoV-2, todo parece indicar que el patógeno está próximo a enfilar su entrada al redil, al callejón sin salida construido a base de vacunas, mascarillas y gel hidroalcohólico.

Todavía quedan aspectos por mejorar y esquinas que redondear para no volver a lastimarse, pero una primera lectura del informe firmado ayer domingo por el Servicio Vasco de Salud confirma que el rumbo es el acertado: Euskadi ha sumado en las últimas 24 horas 205 nuevos contagios por covid-19, la cifra más baja desde principios de agosto del año pasado. Ahí es nada. El proceso de vacunación está haciendo de las suyas y está logrando reducir la transmisión del patógeno. Con una circulación del virus más o menos contenida -que no bajo control-, hay otros factores clínicos que también están reflejando esa mitigación de los efectos de la pandemia.

Ingresos y críticos

Uno de los más elocuentes y expresivos -por sus consecuencias- tiene que ver con la mortalidad: mayo se cerró con 122 muertes asociadas al covid y esa cifra, dentro de la gravedad y significación que representa cada vida perdida, es la más baja de todo este curso y de parte del anterior. Ha sido un proceso paulatino, pero las vacunas han ido achicando los espacios de la tragedia. En todo caso, los buenos datos hospitalarios diarios también envuelven el boletín de Osakidetza. El último, elaborado en base a los datos recabados el sábado, indica que durante esa jornada únicamente ingresaron 13 personas portadoras del SARS-CoV-2. Esto supone la cifra más baja desde la segunda ola. Un día antes, el viernes 4, fueron abiertos 28 expedientes por esa misma razón.

También han experimentado un leve descenso los pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) existentes en la red vasca de hospitales: de 83 personas que necesitaban una atención específica por complicaciones derivadas del covid el viernes a 80 este sábado. Un resta y sigue que todavía presenta, sin embargo, ámbitos en los que mejorar. Por ejemplo, el virus parece estar muy entreverado en el Territorio Histórico de Bizkaia. De los 205 positivos detectados en las pruebas diagnósticas hechas el sábado (6.220) algo más de la mitad (105 en concreto) están empadronadas en suelo vizcaino frente a a las 72 de Gipuzkoa y las 29 de Araba.

Precisamente ayer domingo, durante un acto oficial en Arkaute, era el lehendakari Iñigo Urkullu, quien insistía en la necesidad de mantener viva la llama de la precaución y en no bajar la guardia ni relajarse por el evolución que parece estar tomando la pandemia en Euskadi. "La situación mejora paulatinamente", valoró Urkullu, aunque volvió a recordar que sigue siendo necesario "mantener la vigilancia y la máxima prudencia", por el riesgo a "nuevos retrocesos" que den al traste con los logros alcanzados durante este año largo de pandemia.