Los menores y los niños han quedado fuera de todos los protocolos de vacunación, pero parece que tarde o temprano habrá que acometer su inmunización. La falta de evidencias científicas, la escasez de vacunas y evidentemente, la necesidad de priorizar a las personas de mayor riesgo, les ha ido relegando. Sin embargo los expertos coinciden en que para asegurar la inmunidad de rebaño será necesario incluirles.

El Gobierno del Reino Unido ha anunciado que estudia administrar una dosis de Pfizer a los niños mayores de 12 años en septiembre, al inicio del curso escolar. Los británicos creen que hay que administrar la vacuna porque "necesitamos estar preparados para inmunizar a los niños, particularmente a los adolescentes, de manera rápida y efectiva si es necesario", afirmó a The Sunday Times Adam Finn, miembro del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización.

En el Estado español, la población infantojuvenil nunca ha sido considerado un grupo prioritario en la estrategia de vacunación ya que el virus parecía no afectarles con la misma gravedad, y se cree que tampoco lo transmiten con la misma frecuencia que los adultos. El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría estima que "los niños, sobre todo los que están por debajo de los 12 años. Fundamentalmente porque los casos de enfermedad grave notificados en la edad pediátrica son una minoría, como subraya el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades.

En Euskadi hay 190.667 menores, más de 13.270. Y hay además otros 210.862 de 10 a 19 años, con el 11,4% de los contagios detectados, unos 21.735. El pasado mes de diciembre, Osakidetza confirmó el fallecimiento de un niño de Sopela que sufría patalogías previas. Se trata del único deceso de un menor en Euskadi a lo largo de estos 13 meses de pandemia.

SIN ENSAYOS CLÍNICOS

Para proceder a su vacunación, es necesario realizar ensayos clínicos entre los más pequeños que permitan disponer de evidencias científicas sobre la seguridad, eficacia y efecto de las vacunas a esas edades. Por eso, las cuatro grandes farmacéuticas que han desarrollado sueros estudian cómo administrarlos a los chavales para que no conlleven riesgos.

La AEMPS afirma que las vacunas se recomiendan actualmente solo a personas a partir de 16 o 18 años de edad. Y la propia ficha técnica de los antídotos incluye que "no se ha establecido todavía la seguridad y eficacia en niños y adolescentes ".

Los cuatro sueros aprobados hasta ahora por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) -Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen- están probando sus respectivas fórmulas en los menores. La compañía estadounidense ya ha solicitado que se autorice su vacuna en adolescentes de 12 a 15 años. Y el pasado marzo, Moderna anunció también que había comenzado a reclutar participantes para el estudio de su vacuna en niños de entre 6 meses y 11 años.

Pero además, la vacunación plantea algunas incertidumbres por cuestiones clínicas. Uno de los elementos que más preocupan a los epidemiólogos es que, aunque la forma asintomática es la más común entre los menores, se han descrito casos de elevadas cargas víricas en niños pequeños. El segundo factor es que se ha descrito una enfermedad grave conocida como síndrome inflamatorio multisistémico infantil. Y, el tercero, es el potencial desplazamiento del número de infecciones de adultos a grupos pediátricos conforme se suministren las vacunas en personas mayores, como se ha observado en Israel. Con todo esto, según José Manuel Bautista, catedrático de Biología Molecular en la Complutense, "la inmunización de adolescentes y niños llegará en último lugar, después de inocular las dosis a los adultos sanos más jóvenes".