La vida de Roberto Fraile detrás del objetivo siempre estuvo ligada a una pregunta que más de una vez había escuchado y compartido con su compañero David Beriain. “¿Cómo de fascinante quieres que sea tu vida, tu trabajo? ¿Cómo de libre tu vida?”. El camarógrafo barakaldarra asesinado en Burkina Faso cuando rodaba un documental de denuncia sobre la caza furtiva tenía 47 años y llevada más de dos décadas afincado en Salamanca.

Allí tenía su base de operaciones desde la que daba saltos a distintos puntos del globo cuando la actualidad atizaba. Uno de sus últimos trabajos como freelance lleva por título La agencia y fue proyectado en 2019 en la Seminci de Valladolid y, un año después, recuperado para el Festival de Cine de Málaga. En esa pieza audiovisual, para conmemorar el octogésimo aniversario de la Agencia Efe, recorrió ocho países de la mano de otros tantos periodistas para dar una visión cercana sobre temas de actualidad internacional.

Esa era la marca de la casa en su faceta más dogmática y flemática de Fraile -enrolado en la nómina de La8 de Salamanca, el canal provincial de Radio Televisión de Castilla y León-, quien se escapaba cada vez que podía a documentar el mundo, sus conflictos, sus gentes, sus esperanzas y miedos… Era de esos reporteros a los que le motivaban los trabajos de alto riesgo, como en el que realizaba en Burkina Faso junto a Beriain para denunciar la caza furtiva y los turbios negocios que siguen a las matanzas de leones, elefantes, rinocerontes…

WildLife Angel

Un par de camionetas repletas de hombres armados se interpusieron el lunes en su proyecto vital. Las autoridades locales hablan de terroristas, pero todas las puertas de la culpabilidad están abiertas. La ONG WildLife Angel era la patrocinadora de este encargo. Ambos, reportero y camarógrafo, iban empotrados en la unidad contra la caza furtiva cuando fueron atacados. Y junto a ellos, otro periodista irlandés. El trabajo de esta entidad -fundada por un exmilitar y etólogo, con experiencia en ambas disciplinas en países conflictivos- consiste en aleccionar e instruir a militares y guardas forestales en la defensa de la biodiversidad, principalmente en la zona de Pama, una reserva protegida, pero también un campo abonado para cazadores furtivos, paramilitares y terroristas que tienen en la caza furtiva una fuente de ingresos rápida.

Como también lo fue el robo del material de la expedición, incluido un dron con el que Roberto Fraile captaba la verdad desde otro punto de vista. Esta vez, no pudo sobrevivir a los disparos de los asaltantes. Sí lo hizo en 2012 a la metralla que impactó contra él en Alepo, cuando cubría el conflicto de Siria acompañando a los milicianos del Ejército Libre Sirio durante una ofensiva. Tuvo que ser evacuado a Turquía y aquella cicatriz quedó reflejada en un documental. Para entonces ya llevaba diez años cubriendo guerras. Los horrores de Homs quedaron entonces marcados en su retina. Ahora, la brutalidad de Kompienga queda grabada en la de toda la profesión.