Desde que abrieron sus puertas, el pasado mes de septiembre, en el centro que la Asociación Parkinson Bizkaia tiene en Bilbao no han tenido ningún brote de covid. Las exigentes medidas de seguridad han dejado en sus casas, sin embargo, a buena parte de los usuarios.

¿Cómo ha afectado la pandemia a los pacientes de Parkinson física y psicológicamente?

—Durante el confinamiento mal. Se trabajó para hacer muchas terapias on line, pero evidentemente lo han notado mucho físicamente. Psicológicamente también porque esto es un centro sociosanitario donde tienen su grupo, en el que siempre están los mismos.

¿Cómo se gestionó la vuelta?

—Desde que abrimos vienen un 60% menos de socios por los aforos. Venían diariamente entre 120 y 150 personas y ahora, 40 o 50. Vienen en metro, coche, autobús o las trae alguien, las dejan y se van. No están aquí los cuidadores, como antes. En las clases donde había 25 personas ahora hay seis. Todos a metro y medio de distancia entre ellos.

¿Regresaron con cierto recelo?

—Tenían mucho miedo a venir por el contagio, pero se sienten protegidos por las estrictas medidas de higiene que hemos tomado y porque nos ven cómo limpiamos. Los que vienen dicen que les dan mucha pena los que no pueden venir, pero ellos están bien.

¿Qué ocurre con los socios que aún permanecen en sus casas?

—Les ofrecemos las terapias on line de psicólogo, logopedia y musicoterapia, además de masaje a domicilio. Espero que se vacunen y que todos puedan volver.

¿Quienes dejan de ejercitarse un año pueden recuperar lo perdido?

—Físicamente es duro volver a empezar. Los hermanos Cormenzana, que han participado en un vídeo que hemos realizado para celebrar el Día Mundial del Parkinson, dicen que no es lo mismo hacerlo en casa que aquí. Recuperarlo al 100%, no sé, pero también para quienes no tienen Parkinson es muy difícil recuperar este año.

El 15% de los pacientes de Parkinson tienen menos de 40 años.

—El mayor de los que se han hecho socios desde septiembre tiene 62 años. Es gente joven que asume que es una enfermedad neurodegenerativa con un tratamiento, pero que tiene que venir para que, con las terapias, avance lo más lenta posible. Es una rigidez muscular que afecta al habla, al andar, el temblor...

Las vacunas del covid se desarrollaron en un tiempo récord. El Parkinson afecta a más de 8.000 personas en Euskadi. ¿Si fueran más se investigaría más rápido?

—Los nuevos tratamientos ya llevan tiempo. Están la cirugía y unos tratamientos más avanzados que se ponen cuando a la persona no le hace efecto la medicación. Ambos se realizan en el hospital de Cruces y los pacientes mejoran.

¿Qué mensaje lanzaría con motivo del Día Mundial del Parkinson?

—Un mensaje de lucha y esperanza. Me da una pena tremenda que haya socios en casa, pero no nos hemos olvidado de ellos. Estamos salvaguardando, lo mismo que no se puede ir al hospital... Espero que volvamos a estar todos juntos.