En el Mercado de las Flores hay catorce puestos que ahora rotan porque su actividad está limitada al 50% debido a las medidas de prevención por la pandemia. La información que recogía las quejas de algunos vendedores por las restricciones de aforo y su repercusión en las ventas ha dolido a otros, quienes aseguran que la inmensa mayoría de los y las floristas que cada domingo se instalan en los tinglados de El Arenal bilbaino no está descontento con el trato recibido del Ayuntamiento. Los responsables de los puestos mantienen actualmente un diálogo con la Corporación sobre la organización del mercado y la aplicación de las restricciones obligadas por el covid-19."Ni ha habido amenazas ni nos han tratado como basura, eso son afirmaciones muy graves, hechas a título particular, y que, además, son mentira", asegura una vendedora que el pasado domingo no estaba trabajando. Como ella, otros vendedores se han puesto en contacto con este periódico para desmentir y rectificar las quejas dirigidas a la Corporación bilbaina y puntualizar que las declaraciones recogidas no fueron realizadas por ningún representante del colectivo que, pese a no estar organizado como tal, sí tiene una portavoz para sus negociaciones con el Ayuntamiento.

"La situación que han generado estas acusaciones es bastante grave, no sé que compañeros han sido pero la mayoría no lo vemos así. Es más, todo lo que se ha publicado es totalmente incierto. Nada de lo que han dicho esas personas es verdad, porque no hay condiciones discriminatorias ni maltrato institucional. Es todo falso", reprocha Jennifer que descarta todas las críticas y reproches dirigidos al Ayuntamiento. "Yo desmiento esto totalmente -afirma la vendedora- ¿Que se hayan formado colas por una organización un poco más pésima por culpa del covid? Sí, pero de ahí a lo que se ha escrito€".

A las personas que gestionan puestos en el Mercado de las Flores les gustaría que los vendedores descontentos, "los que siempre se quejan", se identificaran cuando hacen unas acusaciones tan graves y creen que "deberían disculparse con el Ayuntamiento". Jennifer reconoce que hay "una organización del mercado más difícil por las circunstancias que estamos viviendo, pero nos tenemos que ajustar a las normas". "Hay una pandemia -recuerda- y hay muchos comercios y negocios cerrados, nosotros no podemos quejarnos por esto. La noticia sobre el malestar de los vendedores con el Ayuntamiento nos perjudica, porque no es el sentir general. Si queremos hacer un comunicado o escribir al Ayuntamiento somos catorce puestos, no dos", recalca. "Palabras como amenaza, abuso o maltrato están fuera de lugar. Son mentira", reitera la vendedora que pide un desmentido público.

"Vivo de esto"

Otra florista del turno que no acudió a El Arenal este pasado domingo ratifica el parecer de su compañera y asegura que "el Ayuntamiento no nos ha tratado mal, no tengo nada en contra, al revés, estoy agradecida porque de ese mercado estoy viviendo". Esta vendedora también se desmarca de las declaraciones que criticaban las decisiones municipales y señala que "puede que la organización no sea la más adecuada, pero si ellos deciden que sea así, así tendrá que ser. Antes, cuando estábamos colocados en los dos tinglados cada puesto tenía su cola y no pasaba lo que está ocurriendo ahora, la organización era muchísimo mejor. Pero el Ayuntamiento nunca nos ha tratado mal y creo que para ellos que nosotros estemos cada domingo allí y demos vida a Bilbao también es importante".

La vendedora no comparte las quejas reflejadas en los medios de comunicación y lamenta que, no "habiendo dicho nada de eso", se haya visto incluida en el mismo grupo. "No está todo bien hecho -reconoce- pero ellos (por el Ayuntamiento) son los que deciden". "Nuestro único malestar es por la organización, el aforo es tan pequeño que mucha gente se va por no esperar la cola o se marcha sin comprar. Pero no comparto que el Ayuntamiento nos esté tratando mal, ¿se podrían organizar las cosas de otra manera? Seguro, pero doy las gracias porque nos dejan vender", asegura.

Negociación

"La representante de los vendedores del Mercado de las Flores no trabajaba el domingo pasado porque no le tocaba y las personas que hablaron no representan a nadie, hablaban a título particular no en nombre de todos", puntualiza Irene, otra florista del grupo. "No estoy descontenta con el Ayuntamiento -afirma- ni siento que nos han tratado de forma discriminatoria como han dicho esas personas. No estoy de acuerdo en nada y pienso que los problemas que tengamos con el Ayuntamiento deben quedar entre ellos y nosotros, no hacerlos públicos". También opina que los vendedores que criticaron la gestión municipal "han ido a hacer daño" y que se trata de "personas que siempre se quejan y dan problemas".

Irene, admite que "ha habido discrepancias con el Ayuntamiento de Bilbao sobre cómo organizar la limitación del aforo, pero eso es algo que no tiene por qué salir ni en la televisión ni en los periódicos". "La verdad es que el Ayuntamiento siempre nos ha apoyado y ahora se sienten atacados", añade. "Queremos llegar a un acuerdo porque lo del aforo no está funcionando como debería y hay que buscar una solución. Ahora nos hemos enterado de que la limitación del aforo a 35 personas no es cosa del Ayuntamiento sino del Gobierno vasco y tiene que ser así". En su opinión, las críticas "de dos o tres personas" han generado malestar y empeorado la relación que los floristas mantienen con el Consistorio para mejorar la gestión del mercado. "Ni estamos descontentos ni nos sentimos maltratados, como han dicho esas personas", concluye.