- José Costero no cree que vayan a cambiar mucho las urbes una vez el covid sea domesticado, aunque sí opina que la transición digital se ha acelerado ya con el teletrabajo o las videoconferencias. También espera que el medio ambiente pueda salir beneficiado de la pandemia.

Iruñea es la urbe de menor población que participa en estos encuentros. ¿El tamaño de las ciudades importa en esta crisis?

—Desde luego. Las grandes han estado más afectadas por el coronavirus. No solo el tamaño, también la densidad de la población es importante, el disponer de espacios, la concentración de personas en el transporte público, marcan los contagios.

¿Y a la hora de plantear soluciones?

—En ciudades como la nuestra, es más sencillo actuar. En el análisis que hemos hecho esta circunstancia es una de nuestras fortalezas y nos puede ayudar a salir antes de esta crisis.

Ese análisis se ha elaborado dentro del Plan Estratégico Urbano 2030.

—La pandemia nos ha pillado con las máquinas a tope. Empezamos a finales de 2018 a elaborar el plan y un año después teníamos el marco estratégico de visión de ciudad en diez años. Estábamos en pleno proceso de definición de proyectos, con un proceso participativo abierto, y vino el virus.

Y han andado rápidos en introducir el factor covid en la planificación.

—Teníamos muy fresco el diagnóstico, nos planteamos que igual lo elaborado ya no valía y buscamos la fórmula para revisarlo. Elaboramos una encuesta ciudadana y entre la red de expertos colaboradores.

Toda esta labor, ¿se va a traducir en muchas modificaciones en el plan?

—No tantas. Hemos visto que el marco estratégico que habíamos definido hasta 2030, era bastante completo como para incorporar nuevas cuestiones o acciones. El paquete de ayudas de la Unión Europea está apostando por la transición ecológica y la digital, dos de nuestros cinco ejes de nuestra estrategia.

¿Van a cambiar el orden de las prioridades establecidas en el plan?

—Teníamos 29 objetivos estratégicos y hemos preguntado por ellos a los colectivos antes mencionados. Nos ha salido que la ciudadanía apuesta por priorizar el empleo, la formación y capacitación, y los servicios sociales, mientras que los agentes especializados tiran por el comercio de proximidad, un cambio en el modelo de movilidad, la inclusión social, el cambio climático y la energía.

¿Y sin criterios nuevos?

—Introducimos el de la relevancia con respecto al coronavirus. Priorizaremos los proyectos más relevantes para paliar la crisis del covid-19.

¿Ya tienen algunos en marcha?

—Desde principios de verano hemos recibido 169 propuestas de una gran diversidad de colectivos, agentes y administraciones. Tras analizarlas, han quedado en 57 ideas de proyectos relevantes, sobre todo a nivel económico, de generación de empleo, y temas sociales. Este último, el eje que más propuestas ha recibido.

La segunda ola está siendo muy dura en la capital navarra. ¿Se actúa igual ahora que en la primera?

—No, la gran diferencia entre la primera y la segunda ola es la experiencia que hemos acumulado. En abril actuamos tarde e improvisando. Entonces la OMS no recomendaba la mascarilla, cerramos las escuelas, no había rastreadores... todo eso ha cambiado. Esta segunda ola se esta afrontado de otra manera, aunque las medidas se tenían que haber tomado antes.

En la encuesta, la población ve un futuro bastante negro.

—A nivel social y psicológico esta pandemia está afectando a todos. Al final, nos genera malestar porque no podemos hacer la vida habitual. Los negocios están cerrados, no hay casi relaciones sociales, no se ve a la familia...

Y sobre todo el futuro desconocido.

—La incertidumbre es un factor negativo porque nadie sabe cómo va a acabar todo esto, si va a llegar la vacuna o no. Nos afecta al día a día.

¿Cuál va ser el mayor impacto del coronavirus en Iruñea?

—Creo que la aceleración efectuada en la transición digital. Plantear el teletrabajo tan solo hace un año era una quimera y nos hemos puesto las pilas a marchas forzadas en administraciones y empresas para poner unas herramientas, que ya existían.

Y no olvide las videollamadas.

—También, ¿quién las usaba con familiares o amigos antes del confinamiento? Ahora nos hemos habituado a usar esa forma de contacto visual y vemos que las nuevas tecnologías aportan soluciones que nos ayudan en estas situaciones especiales.

¿Y las relaciones sociales?

—Se dice que van a cambiar muchas cosas pero no creo que sean tantas. Volveremos a nuestra vida cuando todo se normalice, cuando llegue la vacuna y el coronavirus sea una enfermedad normal. Hay costumbres culturales que van a seguir. Nos gusta como sociedad reunirnos con familiares, amigos, ir de bares.

Usted es licenciado en Ciencias Ambientales. ¿Se beneficiará el medio ambiente de las medidas que se tomen para paliar las consecuencias urbanas del covid?

—Espero que sí. Las situaciones de crisis no suelen ayudar a las cuestiones ambientales, se apuesta por cubrir las necesidades básicas y así se ha visto también en nuestra encuesta. Pero sí veo una cuestión de oportunidad.

¿En qué sentido?

—El cambio climático cada vez se ve más como una amenaza y hay un factor clave, cómo transformamos en las ciudades el modelo energético. Seguimos consumiendo muchos combustibles fósiles, son caros y nos hacen muy dependientes. Tenemos que aprovechar energías de producción local, renovables, en las que las ciudades tienen un alto potencial para producirlas en los tejados, en las fachadas, en los espacios públicos. Por ahí creo que vamos a avanzar.

Entiendo que mejorará la calidad del aire en las ciudades.

—No hay ningún estudio que lo avale, pero estoy convencido de que el hecho de que el coronavirus haya impactado más en las grandes ciudades guarda alguna relación con la contaminación atmosférica. Todo tiene que ver con las vías respiratorias.

¿Iruñea ya tiene preparados sus proyectos anticovid para recibir ayudas de la Comisión Europea?

—En el contexto de la estrategia 2030, ya teníamos en cartera unos proyectos que vamos a plantear en un plan dividido en cuatro ejes: transición digital, energía, sostenibilidad e infraestructuras verdes y el tema cultural. Engloban unos 130 millones de euros y esperemos que llegue algo de esa financiación.

¿Va a salir una Iruñea mejor de la actual situación?

—Claro, soy optimista. Si tiene algo bueno esta pandemia es que es una experiencia de la que tenemos que aprender. Nos va a enseñar a ver las cosas de otra manera. En nuestro caso, tener todo el tema de planificación trabajado, nos está enseñando a colaborar en consenso, mirando a largo plazo, con todas las fuerzas políticas, agentes locales y ciudadanía. Algo que siempre se ha demandado desde la sociedad. Juntos somos más fuertes y se pueden afrontar mucho mejor este tipo de retos.

Encuentros BM30. Hasta finales de noviembre, la sociedad Bilbao Metrópoli 30 organiza una serie de encuentros -con el patrocinio de DEIA- sobre los retos de las ciudades ante la pandemia, en formato ‘on line’y gratuitos. Se está contando con la participación de quienes dirigen los planes estratégicos de Donostia, Zaragoza, Bilbao, Barcelona, Málaga, Iruñea y Sevilla. El jueves fue el turno del director de la Oficina Estratégica del Ayuntamiento de Iruñea, José Costero.