Judith Torralba, entrenadora del Sakoneta Gimnasia Erritmiko Taldea, afronta este nuevo curso del deporte escolar con una ilusión envidiable. "Los clubs vamos a hacer lo que haga falta por nuestra propia supervivencia; cerrar un año es cortarles las alas a los deportistas. En junio estuvimos entrenando en una sala de ensayos que se alquila para grabaciones. Teníamos pánico de dar un mazazo a alguno de los equipos... Hemos hecho lo imposible para seguir adelante y seguiremos haciéndolo para que el deporte escolar no muera. Más nosotros, que somos un deporte mayoritariamente femenino y a nadie se le escapa el abandono de la actividad deportiva entre las adolescentes. Vamos a seguir luchando contra ello", aboga.Cree que la decisión de no permitir las competiciones se prolongará durante todo el curso. "Hacer conjuntos de cinco, por ejemplo, te dificulta poder mantener esos grupos burbujas. Pero tampoco nos parece mal; va a ser un año de transición, en el que lo importante es que el deporte siga. Ahora no es la prioridad; si no hay torneos, no va a ser un drama", argumenta. Eso sí, tira de imaginación para hacer frente a la situación. "Podemos transmitir en streaming, por ejemplo, alguna exhibición. Haremos lo que esté en nuestra mano y más para que los deportistas no se desmotiven", plantea.

Alrededor de 200 niños y niñas entrenan en las instalaciones de Leioa y llevar trabajando desde junio en otras categorías les ha permitido no tener que "empezar de cero" ahora. "En la puerta se les toma la temperatura, utilizamos una espuma en las manos en lugar de gel hidroalcohólico, desinfectamos todos los aparatos y los tapetes... Empezamos haciendo todo el entrenamiento con mascarilla pero ahora se la quitan cuando están con alta intensidad y con distancia; en el escolar imagino que las mantendremos, porque es más difícil controlar que mantengan la distancia. Hemos hecho grupos estables de convivencia, no se mezclan unos niveles con otros, y las entradas y salidas son escalonadas. Utilizaremos todas las medidas que hemos establecido desde el principio y más", explica la entrenadora. Reducir el número de deportistas por grupo -lo harán en un 30%, pasando de 25 o 30 en cada uno de ellos a un máximo de 15- les obliga también a modificar los horarios, disminuyendo el tiempo de entrenamientos pero haciéndolo "de más calidad, porque tienen más ojos mirándolas que antes. Y enfocaremos los entrenamientos más a la salud que a la competición: colocación corporal, preparación física...". Aunque entrenan a cubierto, lo hacen en un frontón, "con un techo de uralita, con lo que tenemos mucha ventilación. Pese a ello, las preparaciones físicas de la pretemporada las han hecho al aire libre. Tampoco utilizan los vestuarios y cada deportista deja sus pertenencias en una zona de la pista, "para que no se junten cuando van a beber agua", y utilizan la salida de emergencia para acceder al polideportivo, "con lo que evitamos pasar por las zonas comunes".