Hace un año Julián, de 3 años, enfermó. Su madre lo llevó a la pediatra, que le derivó a Urgencias, donde le diagnosticaron leucemia. Esta familia de Olaz descubrió que "somos súper vulnerables" y su vida cambió.

n "bofetón de realidad". Así describe Cristina Delgado Matarranz lo que sintió cuando, hace justo un año, diagnosticaron leucemia a su hijo Julián, que estaba a punto de cumplir 3 años. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta vecina de Olaz, natural de Asturias pero afincada en Navarra desde hace 15 años, se considera "afortunada porque hay muchísimos niños que tardan mucho en tener un diagnóstico. Por eso, dentro de lo malo, de que fue un bofetón total, somos afortunados de tener un diagnóstico claro y preciso desde el minuto uno", además de "un tratamiento". Y es que, como concluye esta ingeniera madre de familia numerosa con dos niños y una niña, "la salud es lo primero".

La última semana de septiembre del año pasado el pequeño de sus vástagos comenzó a sentirse malito. "Estaba bastante tiradillo, como más cansado, pero el lunes y el martes fue a clase", recuerda. El miércoles Cristina y su marido, Alejandro Saez Moreno, quienes reiteran que son "súper tranquilos", decidieron que se quedara en casa. El jueves por la noche, mientras le bañaban, se percataron de la existencia de "un bulto raro encima de la clavícula" y tras introducir esas mismas palabras en Internet el primer término que les devolvió el buscador fue cáncer. Al día siguiente, el viernes 27 de septiembre llevaron a Julián a su pediatra de Atención Primaria, que les derivó a Urgencias tras advertirles de que podía "no ser nada o puede ser algo grave". Ya entonces esta madre intuía lo que se avecinaba, pero no quería adelantar acontecimientos. "Vamos a ir paso a paso", recuerda que le contestó a la facultativa que le atendió. A continuación, llamaron a un taxi y una hora después de llegar a Urgencias recibieron el diagnóstico: "El niño tiene leucemia".

Sensación de vulnerabilidad...

Pero arropados en este camino

En ese mismo instante, explica Delgado, "descubres que eres súper vulnerable. Es como si tienes tu castillo de naipes montado y te quitan la fila de abajo: zas"; un zasca en toda regla. Al mismo tiempo, "esperas que esto sea una película, que esto no vaya contigo, que no sea parte de tu vida". Porque cuesta asimilar una noticia así. Sin embargo, las siguientes dos semanas fueron mucho mejor de lo que se imaginó en ese momento.

En este sentido, explica que por la influencia del cine lo que pensó es que al recibir el diagnóstico "el mundo se pondría en pausa y no sabría por dónde ir", lo cual para ella ?ingeniera, al igual que su marido? "era la peor situación que me puede pasar en la vida por mi personalidad". Y es que, como aclara, "los dos somos como muy de protocolo: los pasos a dar son estos y hay que recorrerlos todos, hay que seguir el camino". Una senda que, según relata, no tardaron en conocer. "En el caso del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) ?no sabe si pasa lo mismo en el resto del mundo pero desea que así sea? ese ahora qué te dura entre cinco y diez minutos, porque al décimo minuto aparece la oncóloga y te dice esto es lo que vamos a hacer con tu hijo: ta-ta-ta-ta... y luego lo siguiente que dices es estamos trabajando los dos, ¿y ahora qué va a pasar con esto? y llega la trabajadora social de Adano y te dice olvídate del trabajo porque mínimo un año vas a estar centrada en tu hijo, tienes que rellenar estos papeles, ta-ta-ta-ta-ta... Y luego dices ¿y mi cabeza?, que creo que voy a petar. Aparece la psicóloga de Adano y te dice No, espera, esto es lo que vamos a hacer: ta-ta-ta-ta... Entonces, gracias a Dios, lo único que tienes que hacer es seguir un camino y luego ya sobrevivir al camino, pero me dieron la solución a ese ahora qué, que para mi hubiera sido lo peor. No tuve que pensar. Y eso es mucho".

Ingresaron a Julián una semana en la UCI, le pusieron el tratamiento y, tras 44 días en el hospital, pudieron volver a casa. Cristina rememora esa etapa "como algo que pasó, nos pusimos en modo supervivencia todos porque tienen otros dos niños de 8 y 6 años que debían ir al colegio y a las extraescolares? y no lo recuerdo mal, porque el crío nunca fue el típico enfermo que sale en las películas que tiene diarrea, vomita, no come, no sonríe... No, Julián estaba bien. Comía, se movía, quería salir de la habitación pero no podía, había otros niños, venían voluntarios de Adano..."; una buena actitud a la que ?apunta su madre? ayuda la edad que tiene.

A los quince días de iniciar el tratamiento, Julián "entró en remisión completa, que es que en principio ya no tiene nada en la sangre. Eso es lo mejor que le puede pasar a tu hijo, que responda al tratamiento ?el cual dura 2 años?", indica Delgado, y este pequeño de tan solo 3 años lo está haciendo. Ha superado ya cuatro fases del tratamiento y ahora se encuentra en la de mantenimiento. Como valora su madre, "Julián es súper feliz. Este año lo ha disfrutado, no ha estado mal; no puedo decir otra cosa. Mi hijo ha estado bien. Ha tenido días de estar tirado, pero no le ha dolido nada y siempre ha estado atendido y yo he estado súper confiada en los médicos. Nunca pedí una segunda opinión. Es confianza plena en que lo que está recibiendo es lo mejor y lo único que puede tomar para salvarse, para curarse y que hay mucho apoyo alrededor ?tanto de Adano, como del CHN, de su entorno en Olaz y de la empresa en la que ellos trabajan?, pero mi hijo ha disfrutado este año, y sus hermanos no han visto a un niño enfermo. Nadie lo ha visto. No sé, es súper raro".

campaña de adano

'Enciende la esperanza

Hoy Adano celebra el día central de la campaña Enciende la esperanza para concienciar y visibilizar el cáncer infantil entre la ciudadanía. Una jornada en la que Delgado, además de mostrarse agradecida con las "maravillosas" personas que se ha encontrado en la Asociación de Ayuda a Niños con Cáncer de Navarra, quiere incidir en que "desgraciadamente el cáncer infantil existe, pero que la vida sigue" y aboga por fomentar la investigación para curar "los cánceres del mundo". De hecho, señala que el martes "hubo otro caso nuevo de un niño de 6 años que entró en el hospital; esto pasa. Son 15 niños al año y Dios quiera que vayamos a menos, pero esos 15 niños hay que sacarlos adelante".

Por otro lado y tras mencionar que "cuando te dan la noticia de que tu hijo tiene un cáncer, que venga la covid es lo de menos", Delgado considera que el confinamiento por la pandemia les "vino bien", de algún modo, para evitar que un miembro de la familia pudiera llevar este virus u otros a casa en un momento en el que Julián estaba "justo" y porque "quizá está ayudando a que las personas estén más concienciadas con la salud". "En otros sentidos vino mal", prosigue, porque "ahora que podría ir al colegio no puede" o porque, al no proceder de Navarra, se preguntaban "¿veré a mi familia algún día?". A pesar de todo, concluye que "como familia quizá estamos mejor ahora. Nos hemos dado cuenta de la realidad, de lo que va la vida", que consiste en "disfrutar el día a día; vivir el ahora. Le tocó a mi hijo, pero mañana me puede tocar a mi o a mi marido". Por ello, tras sentirse "afortunada" por la asistencia sanitaria recibida, insta a los padres y madres cuyos hijos están sanos a que "se relajen y sean felices, porque no saben la suerte que tienen".