Con una defensa a ultranza de la educación presencial y de su irreemplazable repercusión en un mundo digitalizado, el rector de la Universidad de Deusto ponía ayer la primera piedra del curso académico 2020-2021. Ante un auditorio reducido debido a las medidas de salud pública impuestas por la pandemia, se volvió a poner en valor el papel fundamental de todos esos otros trabajadores esenciales, los docentes, que tampoco pararon cuando el virus inmovilizó cualquier actividad productiva. “Los grandes logros de la educación superior vendrán de los esfuerzos colaborativos humanos más que del cambio tecnológico”, ilustraba Guibert al tiempo que actualizaba el viejo adagio con un “la tecnología es un medio para la educación, no un fin”.

Esto no significa, para nada, que la Universidad de Deusto renuncie a la tecnología y a sus utilidades. De hecho, varias de las novedades de este curso están directamente vinculadas a ese mundo on line. Por ejemplo, se ha creado una Dirección de Transformación Digital que se servirá de las tecnologías para responder “a nuestros retos como organización que aprende, que educa e investiga”. Además, se ha lanzado un Campus Virtual: un espacio digital para que estudiantes de todo el mundo puedan tener una experiencia de movilidad en Deusto “que permita vivir la vida en nuestros dos campus [Bilbao y Donostia] y en nuestro día a día universitario”.

El Campus Virtual ofrecerá 14 asignaturas nuevas que darán respuesta a algunos de los innumerables y diversos retos que la pandemia está sembrando en las comunidades y sociedades avanzadas: la gestión y dirección de empresas, el análisis y la comunicación de datos, la dirección estratégica, la mirada ética al nuevo mundo que nos viene, la perspectiva de género en el liderazgo, el nuevo marco de relaciones internacionales, etc. “Asignaturas transversales, que serán complementadas con actividades culturales y sociales que permita la interacción natural entre personas como si estuvieran en Bilbao o San Sebastián”, resumía ayer con orgullo el rector de la Universidad de Deusto.

A fecha de hoy, este nuevo campus cuenta ya con cien estudiantes de más de veinte nacionalidades, repartidos por todos los continentes del mundo. “Una nueva modalidad, que genera una mayor inclusividad social, que es posible pueda formar parte a futuro de la nueva normalidad universitaria”, redondeaba. Un escenario que estaría caracterizado por exprimir al máximo las potencialidades de las tecnologías sin desdeñar, para nada, la enseñanza en el aula, en grupos de trabajo, en el extranjero,.... “Seguir dividiendo las universidades en presenciales u on line no tendrá sentido. No se trata de optar. Se trata de hibridar de manera eficiente y creativa”, pronosticaba el rector.

Compartir la excelencia

O, como enfatizó minutos después el lehendakari en presencia de los máximos responsables de la UPV/EHU y de Mondragon Unibertsitatea, se trata de sumar fortalezas y compartir el destino común de la excelencia académica. La semana pasada, precisamente, hubo una reunión de las altas esferas para analizar los impactos que la pandemia está teniendo en los cinco ejes sobre los que se construyó el Plan del Sistema Universitario Vasco 2019-2022. Se habló de investigación de excelencia, de la atención a la comunidad universitaria, de las metodologías innovadoras, del estado que atraviesan las relaciones entre el mundo universitario y las empresas, y también de la internacionalización.

Este último punto se antoja como pieza primordial en la construcción de un sistema universitario vasco de referencia y no solo en Europa. El propio lehendakari subrayó ayer que el Gobierno vasco seguirá apoyando esa visión global del mundo del aprendizaje y de la enseñanza. “Vamos a seguir apoyando la internacionalización de nuestro sistema universitario, integrando formación, aprendizaje, investigación y transferencia. Un sistema que garantiza una experiencia de formación internacional al alumnado y que se relaciona con otras universidades en clave de excelencia”, remató Urkullu.

No pasó por alto durante su discurso otro de los capítulos que más preocupan a la ciudadanía, especialmente a la más joven. La empleabilidad juvenil también se presenta como una prioridad en las estrategias académicas a corto y medio plazo y para ello es necesario fortalecer el maridaje entre la Universidad y la sociedad con el tejido económico productivo y social. “Se trata -expresó Urkullu- de aunar esfuerzo para impulsar una investigación de calidad que redunde en la transferencia de conocimiento. Se trata de primar la inserción laboral de la juventud para que demuestre en la práctica su capacidad de respuesta a los nuevos retos. Retos que nos corresponde convertir en oportunidades”.

En este sentido, el lehendakari -quien defendió la educación presencial por ser la base de la igualdad de oportunidades y de la cohesión social- apostó por la formación dual y por mejorar la colaboración con el mundo empresarial para favorecer el acceso a un empleo entre la juventud, al tiempo que insistió en la necesidad de avanzar en materia de investigación, de innovación y de internacionalización “mediante alianzas estratégicas con otras universidades y centros de conocimiento”.

8%

La implantación de algunos grados nuevos, entre ellos los de Ingeniería, uno de ellos gracias a un acuerdo con Salesianos de Deusto, “ha hecho que hayamos aumentado en un 8% el número de matrículas de nuevo ingreso de grado. Son las mejores cifras en quince años”, describió el rector.

Medicina y Salud. La aprobación del Grado en Medicina y el de Fisioterapia abre una nueva era en la Universidad de Deusto, que arrancó su labor académica con estudios de Derecho, Humanidades y preparatorio de Ingeniería, en 1886, en tiempos de una revolución industrial, que estaba cambiando el mundo. “Ahora estamos también en otra transformación, el área bio, que también está revolucionando, modernizando y cambiando el mundo”, dijo José María Guibert.