Atrás quedan Málaga y Soria, dos de los lugares elegidos por Itziar para pasar el verano. "Planificamos ir a Nueva York. Era un viaje que siempre hemos querido hacer y que este año tampoco hemos podido llevar a cabo", dice apenada. Aunque confiesa que no ha sido un verano tan marchoso como otros, se queda con la paz que le ha brindado la naturaleza. Ha valorado más que nunca pisar el monte para recargar las pilas y coger oxígeno. Tanta paz le ha hecho echar de menos a los txistus que le despiertan cada mañana en Aste Nagusia por el Casco Viejo.