La universidad vasca comenzará el curso académico a partir del 7 de setiembre con una presencialidad adaptada a la pandemia y mascarilla obligatoria. Además los estudiantes contagiados y sus contactos estrechos, independientemente del resultado que den estos últimos en la PCR, deberán pasar una cuarentena en la que tendrán derecho a recibir docencia a distancia. Además, en caso de que haya un número elevado de miembros de la comunidad universitaria afectados, cualquier decisión que tenga afectación general de un centro o universidad deberá ser tomada conjuntamente por los responsables de la universidad y las autoridades de la política sanitaria y universitaria.

Estas son algunas de las nuevas recomendaciones acordadas por los ministerios de Universidades y Sanidad y presentadas ayer a las comunidades autónomas en la Comisión Delegada General de Política Universitaria, vía telemática. El ministro Manuel Castells, convaleciente de una reciente operación de espalda, no pudo asistir al encuentro pero comparecerá el jueves junto al presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE) para informar al detalle del nuevo curso.

La Universidad del País Vasco (UPV/EHU), la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea elaboraron ya en junio sus respectivos planes para el curso 2020-2021 en los que amoldaron la docencia a los escenarios de distanciamiento social, aforo limitado y medidas higiénico-sanitarias. Con sus propias particularidades, las tres instituciones académicas han optado por implantar un modelo híbrido que combinará clases presenciales y telemáticas, aunque la presencialidad seguirá teniendo un peso prioritario.

En la UPV/EHU, por ejemplo, la docencia presencial abarcará un 75% de su docencia. Deusto, que comenzará las clases el 14 de septiembre, dividirá las clases en varios grupos de modo que, de forma alterna, el más pequeño asista a clase y el más grande siga la asignatura en remoto. Mondragon Unibertsitatea ha reforzado sus inversiones en infraestructuras digitales y formación del profesorado con el objetivo de impartir una docencia adaptada a los posibles escenarios sanitarios que puedan darse en el futuro.

Aunque las tres universidades se fueron de vacaciones con los deberes hechos, el empeoramiento de la pandemia ha obligado al sistema universitario a actualizar sus protocolos de actuación. Esta semana, la UPV/EHU adaptará las recomendaciones del ministerio a su propio plan. La principal aportación del documento acordado ayer guarda relación con el plan de respuesta ante la aparición de contagios en los campus.

Si algún estudiante desarrolla síntomas compatibles con el covid-19, se le solicitará que se traslade hasta un espacio de aislamiento y se colocará una mascarilla quirúrgica, que debe facilitar el centro universitario. El estudiante deberá permanecer aislado en su domicilio hasta disponer de los resultados de las pruebas diagnósticas. Si el caso se confirma, debe permanecer en aislamiento domiciliario hasta transcurridos tres días del fin del cuadro clínico y un mínimo de diez días desde el inicio de los síntomas. Este estudiante no podrá reincorporarse a la actividad académica normal hasta que sea indicado por las autoridades sanitarias.

Desde el momento en que se confirme el diagnóstico se realizará un estudio de contactos para determinar con qué otros estudiantes y resto de miembros de la comunidad universitaria ha estado en contacto estrecho; es decir, a menos de dos metros de distancia durante más de quince minutos sin mascarilla, desde las 48 horas antes del inicio de síntomas del caso confirmado y hasta el momento en el que el caso es aislado.

Cuarentenas de 14 días

Una vez detectadas esas personas, se les comunicará que deberán pasar a estar en cuarentena en su habitación en sus lugares de residencia. Se hará una PCR a los estudiantes contactos estrechos, según se recoja en los protocolos establecidos en cada comunidad. Independientemente del resultado de esta PCR, la cuarentena debe durar 14 días, ya que, aunque en ese momento aún no sea positivo, puede desarrollar la enfermedad a lo largo de esos 14 días. El estudiante que pasa a una situación de aislamiento “tendrá el derecho de recibir la docencia correspondiente de forma no presencial, siempre atendiendo a la idiosincrasia y especificidades de cada asignatura”. El centro se encargará de velar porque el estudiante afectado que deba realizar el aislamiento y los contactos estrechos, que hagan la cuarentena, “reciban la docencia de las diferentes asignaturas en las que esté matriculado”. En el caso de que haya un número elevado de miembros de la comunidad universitaria afectados, cualquier decisión que afecte a la actividad de un centro o una universidad se tomará entre la universidad, Salud y el Departamento de Educación.