Se puede decir más alto pero no más claro. “Eviten las aglomeraciones”, insistió ayer la consejera de Salud, Nekane Murga, mientras presentaba una nueva orden que recorta más el ocio nocturno a partir del próximo fin de semana. Una batería de medidas que regula el cierre de locales como discotecas a la 1.30 de la madrugada y que a partir de la medianoche no permite beber ni consumir nada en la calle, salvo en las terrazas, lo que prohíbe de facto la realización de botellones o cualquier poteo improvisado. “Porque el virus sigue circulando”, advirtió Murga. Tras reiterar que “el uso de mascarillas es imprescindible”, insistió en que cualquier actividad que promueva agrupaciones de personas sin distancia de seguridad “puede ser el origen de un nuevo foco en Euskadi”.

Por ello, la nueva normativa obliga a los establecimientos de ocio nocturno a no cerrar más tarde de la 1.30 de la madrugada, ni a abrir antes de las 6.00 horas, incluidas las discotecas. Este tipo de locales tendrán además un aforo máximo del 60% y continuarán sin pista de baile y con mesas. “Con esta reducción de horario, el tiempo de permanencia en el local será menor y se reducirá el riesgo de contagio”, justificó.

Asimismo, en el exterior de los establecimientos de hostelería no se podrá estar de pie, bebiendo ni comiendo, a partir de las 0.00 horas. Solo se podrá consumir sentado, en terraza y en mesas de diez personas como máximo. La consejera matizó que se podrá seguir consumiendo en el interior y en la barra “porque si se respeta la norma de mantener la distancia de 1.5 metros entre personas se garantiza que no haya transmisión”. Además, Murga incidió en el uso permanente de mascarilla “cuando no se esté consumiendo”.

Por otra parte, también se limita el aforo para locales con “espacios diáfanos” en su interior con capacidad para más de cien personas. Un recorte que afecta a los establecimientos que celebran, por ejemplo, bodas, bautizos, comuniones, así como a locales con grandes comedores, como cerveceras o sidrerías, cuyo aforo máximo no podrá superar el 80% ni las agrupaciones en mesa de más de diez personas.

Como norma general, en todos los establecimientos se deberá asegurar una distancia física de metro y medio. Ante estas nuevas limitaciones, la consejera instó a la población a un “compromiso individual y colectivo” para ayudar a que los hosteleros puedan cumplir con estas medidas, ya que “para ellos van a suponer un gran esfuerzo”.

A partir de la publicación de esta orden finalizarán las medidas restrictivas establecidas en Bergara y Tolosa, mientras que de momento se mantendrán en Eibar, Zarautz y Ermua. En este sentido, Murga puso de manifiesto que los focos de estos tres municipios se encuentran en fase de “mantenimiento y descenso”. “Tenemos algunos focos en otras localidades en los que trabajamos pero que no abarcan la complejidad de estos”, resaltó. La consejera reveló que, en la discoteca de Bilbao en la que se registraron la pasada semana una treintena de positivos, la cifra de infectados asciende ya a cincuenta.

Pero las restricciones en el ocio no solo afectan a los locales de hostelería porque las prohibiciones también se extienden a cualquier actividad que se desarrolle en lonjas juveniles y locales similares, así como a romerías, exhibiciones de música, bailes en espacios abiertos y eventos populares “sin localidad asignada”.

Cuestionada por la posibilidad de implantar un registro de clientes obligatorio en restaurantes, bares o peluquerías, tal y como han establecido otras comunidades, Murga consideró que la creación de bases de datos es de gran “complejidad” tanto para realizarlo como para custodiarlo, por lo que lo calificó de “poco viable”.

“Con la reducción de horario, el tiempo de permanencia en el local será menor y con él, el riesgo de contagio”

“Si se respeta la distancia de 1,5 metros entre personas se garantiza que no haya transmisión”

Consejera de Salud