- La asociación de familiares de personas dependientes Babestu pidió ayer ante las Juntas Generales garantizar las visitas en las residencias para paliar las “situaciones de soledad” que, según afirmaron, se produjeron como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Su portavoz, Iraide Urriz, manifestó también sus críticas tanto a la falta de personal como de transparencia a la hora de facilitar información sobre la situación en la red de residencias. “La pandemia ha puesto de manifiesto que el sistema actual no funciona. Queremos un modelo de atención a la dependencia público, universal, gratuito y generador de empleo público. Creemos que es posible y que hay recursos para ello. Nuestra sociedad es suficientemente rica para permitirse cuidar adecuadamente a quienes han contribuido a lo largo de su vida a generar la riqueza de la que actualmente disfrutamos”, destacó.

Urriz compareció ayer, en nombre de la asociación Babestu, ante la comisión de Peticiones y Relaciones con la Ciudadanía para dar a conocer sus propuestas respecto al modelo y la gestión de las residencias de mayores en el territorio, y ofrecer su visión sobre la gestión de la pandemia en estos centros. “Atienden a ancianos pluripatológicos, polimedicados y con un alto nivel de dependencia, lo que les convierte en lugares de altísimo riesgo, que solo puede ser evitado mediante exquisitas medidas de prevención y la adecuada dotación para los residentes y trabajadores”, señaló.

Durante su intervención, la integrante de la entidad mostró su desacuerdo con la prohibición de recibir visitas durante el estado de alarma, que provocó en los residentes “una gran sensación de soledad”, por lo que abogó por “permitir una visita controlada y protegida de sus familiares, a quienes se debería dotar” de equipos de protección. Además, pidió a la Diputación que garantice que se cumplan estas visitas así como las videollamadas, “ya que hay personas que la semana pasada recibieron la primera visita desde marzo. Nos hemos sentido muy solos”. Urriz también criticó la “falta de personal”, sobre todo los fines de semana o en periodos de vacaciones, y el hecho de que en algunos centros no haya médicos. “Si los residentes son los mismos, ¿por qué los fines de semana hay menos personal?”, planteó. “No queremos solo más trabajadores porque sí, sino que se incremente el tiempo de atención a cada residente”, incidió la portavoz.

Además, estos familiares de usuarios lamentan que durante esta crisis se hayan “ocultado datos” sobre la situación que se estaba viviendo en las residencias, así como la falta de respuesta ante las quejas. “La información tiene que ser transparente y en algunos casos ha habido contradicciones entre los datos que facilitaban las empresas, los sindicatos y la Diputación. Ha creado malestar e impotencia”, señaló.

Por otra parte, no se han registrado fallecidos a causa del covid-19 durante la primera quincena de julio en las residencias, según informó la Diputación, y tampoco hay ningún usuario afectado. Sí hay nueve trabajadores infectados y 37 en aislamiento.

ONGD. En la comisión de ayer también compareció la Coordinadora de ONGD de Euskadi -que agrupa a 79 organizaciones en esta comunidad autónoma, 55 de ellas con sede en Bizkaia-, cuya portavoz Sonia González abogó por poner en marcha medidas que garanticen una salida “justa e inclusiva” de la crisis generada por la pandemia mundial de covid-19 y alcanzar un “gran pacto foral” que garantice que el territorio histórico de Bizkaia “no deje a nadie atrás”.