ELA, Steilas, CC.OO. y UGT han suscrito este viernes con las patronales de la enseñanza concertada Kristau Eskola y Aice-Izea el convenio colectivo, que sustituye al vigente desde 2009 y recoge el contenido del acuerdo firmado el pasado mes de noviembre por el que se puso fin a un largo conflicto laboral, que incluyó numerosas movilizaciones y 29 jornadas de huelga.

Dicho acuerdo de noviembre no fue rubricado por UGT, que sí ha estampado su firma hoy al considerar que "en la actual situación socio-económica-sanitaria, el convenio consolida puntos muy importantes", mientras que LAB no lo ha firmado porque cree que "contiene muchas carencias y carece de garantías de cumplimiento".

Este convenio, con aplicación en los años 2017-2021, afecta a las condiciones laborales de cerca de 10.000 trabajadores de 136 colegios, e incluye, entre otras cuestiones, una subida salarial del 9 %, que supone recuperar "casi la mitad del poder adquisitivo perdido" y supera "la eterna aspiración de las patronales de vincular el salario a la financiación pública", según explican en un comunicado conjunto ELA, Steilas y CC.OO.

También reconoce las horas complementarias de trabajo personal y reducciones de jornada para diferentes colectivos, así como la jubilación parcial en jornada del 75 % para todos los trabajadores con la obligación de contratar al 100 % de la jornada y con contrato laboral indefinido a la persona relevista.

El texto recoge la obligación de recolocar a los trabajadores que pierdan su puesto por el descenso de matriculación. Precisamente, las divergencias entre patronal y sindicatos sobre este último aspecto han dilatado la negociación del convenio, que ha contado con la mediación del Consejo de Relaciones Laborales.

Sobre las sustituciones, el convenio establece que se cubrirán a partir del tercer día en el caso de bajas imprevistas y desde el primer día cuando estén previstas de antemano y supongan ausencias de más de tres días.

El sindicato UGT, por su parte, ha explicado en otro comunicado que después de casi siete meses de negociación en la mesa de convenio se ha firmado un acuerdo que "consolida mejoras en un escenario difícil por culpa del Covid-19" y añade que "por responsabilidad" se ha sumado a un convenio que "no contempla el total de las peticiones iniciales".

"No hemos establecido máximos inalcanzables o demagógicos, que solo servirían para crear frustraciones o clientelismos fáciles", indica UGT, y añade que el largo conflicto podría haber tenido una solución más rápida "si patronales y sindicatos mayoritarios hubieran mostrado una actitud negociadora y no hubiesen primado sus intereses propios en estos once años".

En otro comunicado, LAB argumenta para no firmar el convenio que "no responde a las necesidades del sector" y afirma que los nueve meses de negociaciones han supuesto "un mero paripé con varios contenidos incumplidos, muchas discrepancias y sin garantías de cumplimiento".

"Recoge más retrocesos que avances, con grandes lagunas y sin cubrir reivindicaciones históricas, como son la reducción de horas lectiva a los mayores de 58 años; la reclamación de la antigüedad económica con retroactividad o la ausencia de avances en los contenidos de formación profesional", según se indica en la nota.