TRES largos meses sin apenas actividad; más de 90 días sin poder levantar la persiana de sus negocios o con una importante reducción en los ingresos. La pandemia del coronavirus ha hecho tambalear los cimientos de infinidad de pequeñas y medianas empresas vascas, muchas de ellas relacionadas con el turismo, las actividades culturales, la hostelería o el comercio. Sin embargo, tras superar el shock inicial los empresarios se han puesto manos a la obra para dotar a sus negocios de alternativas con las que generar nuevas oportunidades y ganarle así la batalla al virus. Quienes lo han hecho aseguran que el proceso ha sido complicado, un camino repleto de obstáculos, pero que sin embargo, ha merecido la pena. "Ha sido la única forma de ver algo de luz al final de túnel", confiesan. El cocinero Sergio Zarate, la empresaria Mariam Sandoval y el responsable de una empresa familiar de lácteos, Javier Olmos han tenido que ponerse las pilas, han tenido que renovarse antes que dejarse morir.

Sergio Zarate Restaurante Zarate (Bilbao)

Una pescadería como plus para un Michelin

Al cocinero Sergio Ortiz de Zarate no le salían las cuentas. Por eso tuvo claro que abrir el restaurante que lleva su nombre en Bilbao a mitad de aforo no era rentable así que le dio "un par de vueltas": "Como siempre nos hemos dedicado al pescado y al marisco me pareció una buena idea reconvertir parte del local en una pescadería", explica. Tras superar las dos semanas en shock y temer por los puestos de trabajo de sus compañeros Zarate dio forma a una idea que llevaba tiempo en su cabeza, pero que por falta de tiempo no la había desarrollado. "En el Zarate es posible sentarse a la mesa a degustar platos de estrella Michelin o comprar en la pescadería los mejores besugos y rapes con los que el restaurante bilbaino elabora los platos de su reputada carta. "Lo he pasado mal. Veía que el tiempo pasaba y estaba preocupado por que mis compañeros pudiesen perder sus trabajos. Por eso he aprovechado el confinamiento para darle un plus al negocio y poder seguir en pie mientras dure esta nueva normalidad". Lo cierto es que el esfuerzo está teniendo su recompensa y son muchos los clientes que solicitan el pescado que se vende en la pescadería y que se cocina en los fogones del restaurante. "La gente está respondiendo. Estoy satisfecho con los resultados y con la respuesta de los clientes", confiesa.

Mariam Sandoval Espacio Yimby

Eventos híbridos y un plató de televisión

Yimby es un lugar de encuentro ubicado en el corazón de Bilbao. Este recinto, situado estratégicamente junto a la plaza Moyúa, cuenta con 1.200 metros cuadrados que lo convierten en el escenario perfecto para dar forma o impulso a nuevas ideas. Sin embargo, la pandemia frenó de saco los proyectos, las reuniones, los eventos previstos en la agenda de este espacio. Aunque ha mantenido su actividad de forma virtual o telemática generando contenidos culturales o de interés general que ha difundido a través de sus diferentes redes, blog, web... tampoco se han quedado de brazos cruzados y han buscado alternativas para seguir explotando el espacio. En esta nueva etapa, con energías renovadas y medidas implementadas la nueva realidad que abre, por suerte, un amplio abanico de posibilidades para empresas y clientes que precisen hacer uso de sus espacios. "Ha sido duro, pero no nos podíamos quedar de brazos cruzados. Le hemos dado una vuelta al espacio. Lo hemos adaptado para hacer eventos híbridos o semipresenciales con contenido en streaming y difusión on line", cuenta Mariam. También han incorporado una sala como plató para poder hacer dichos eventos (modo televisión). "Manteniendo todas las medidas de seguridad nos hemos tenido que reinventar con iniciativas atractivas. Poco a poco la agenda se va completando", confiesa contenta.

Javier Olmos Empresa Vascolac

Nueva línea de productos y más mercados

Para la empresa familiar de lácteos Vascolac, la diversidad de productos y sacar una línea de bebibles ha sido clave para poder mantenerse en esta época. En marzo, a la falta de relevo generacional, hubo que sumarle la pandemia del covid, por eso esta empresa no tuvo más remedio que darle un giro al negocio y entre las opciones dar salida a una línea de postres: "Había que seguir. La pandemia ha frenado todo y no hemos tenido más remedio que diversificar productos, mercados e intentar seguir adelante para sobrevivir", explica Javier Olmos de Vascolac. A pesar del cierre de restaurantes y bares, la presencia de sus productos en pequeñas tiendas de barrio y en supermercados les ha ayudado para llevar un poco mejor esta caída de ingresos y para poder cumplir los compromisos con los productores de leche. "Compramos directamente a los ganaderos y pese a la pandemia hemos conseguido mantener el compromiso con los pastores para adquirir la leche", asegura. Durante la pandemia esta empresa ha tenido que intensificar la distribución propia de sus productos por todo el País vasco. "El objetivo era poder mantener nuestros puestos de trabajo. Por el momento con los cambios y las alternativas hemos logrado evitar los ERTEs, cumplir con nuestros clientes y proveedores. Con la que está cayendo nos podemos dar por satisfechos", concluye Olmos.