Un grupo de centros biomédicos que forman parte de la alianza EU-LIFE han firmado un manifiesto en el que advierten que "los milagros científicos no existen y que la salida principal de esta crisis es una inversión sin precedentes en la investigación e innovación".
La alianza de centros de investigación, que conjuntamente representa a casi 8.000 empleados en 14 países europeos, solicita a la UE una inversión en I+D de 150 mil millones de euros en su próximo programa, un 50% más que la propuesta actual de la Comisión Europea, que son 100 mil millones.
Para los firmantes, al menos el 35 % de estos fondos se deberían reservar para la investigación impulsada por la curiosidad, ciencia básica o blue skies research, que principalmente se subvenciona a través del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés). "La mayoría de estos proyectos científicos son de alto riesgo, dificultando su financiación por parte del sector privado y, por lo tanto, dependen de la financiación pública", recalcan en un comunicado.
El manifiesto destaca la investigación de los retrovirus como un ejemplo del beneficio de la investigación básica, ya que el conocimiento fue clave para combatir el SIDA cuando apareció la enfermedad por primera vez. La alianza cita un estudio reciente que muestra que por cada euro invertido en blue skies research se genera 4,20 euros para la sociedad en general.
"Cada vez que surge una nueva crisis global, todos miramos a la ciencia para encontrar soluciones, porque todos sabemos que las soluciones existentes para crisis pasadas, como el SIDA, fueron el resultado de investigaciones básicas. Es por eso que instamos al Consejo Europeo a que apoye un presupuesto sólido para Horizon Europe y garantice que la investigación básica tenga los medios necesarios en Europa", argumenta Marta Agostinho, Coordinadora de EU-LIFE.
Para René Medema, presidente de EU-LIFE y director del Instituto Holandés del Cáncer "Europa necesita aumentar la inversión en investigación básica de alto riesgo, combinada con un entorno más favorable para la industria farmacéutica: solo combinando estos dos aspectos podemos abordar eficientemente las necesidades médicas de los ciudadanos".
Fondos complementarios
Asimismo, el documento remarca la importancia de considerar los fondos europeos como complementarios, y no sustitutivos, a las responsabilidades nacionales en relación con la inversión en ciencia e innovación. La alianza pide que cada país de la UE invierta el 3% de su PIB nacional en investigación e innovación. La media actual es 2,06%.
"Estos tiempos inéditos requieren acciones sin precedentes. El peaje de mortalidad y la devastación económica de la pandemia nos muestra que Europa y sus naciones constituyentes deben despertar y considerar que la inversión en ciencia, salud y la importancia de mantener un tejido industrial local es una cuestión de vida o muerte, no simplemente algo bonito que hay que tener. El futuro éxito de nuestro continente depende de ello", dice Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica (CRG).
La alianza también llama a Europa a crear un entorno más favorable para la industria farmacéutica para que pueda aumentar la capacidad de las cadenas de suministro regionales para acceder rápidamente a nuevas vacunas, pruebas de diagnóstico, terapias y dispositivos médicos. La alianza advierte: "no se puede tener una investigación básica sin también tener los medios de producción para aprovecharse de sus resultados".