Euskadi no recuperará la nueva normalidad, al menos, hasta el 15 de junio. El Gobierno vasco analizará cómo evoluciona la fase 3 que la CAV iniciará el lunes para tomar una decisión, que en estos momentos considera “precipitada”. Además, es probable que en esa nueva etapa prosigan algunas de las restricciones actuales, así como el uso de las mascarillas y el distanciamiento.

Euskadi entrará mañana en la fase 3 de la desescalada, que incluirá entre otras novedades la apertura de guarderías para niños de hasta 3 años al 60%, udalekus al aire libre con un máximo de 200 participantes, el uso de vestuarios y zonas de duchas en instalaciones deportivas y piscinas, el incremento del aforo en el comercio y las actividades culturales, y la posibilidad del servicio en barra en la hostelería, donde también desaparece la limitación de aforo pero se deberá seguir manteniendo la distancia. Los medios de transporte público, además, también recuperarán el 100% de su aforo, aunque se debe seguir usando de forma obligatoria la mascarilla y podrían realizar tomas de temperatura aleatorias en las estaciones. Sin embargo, discotecas y bares nocturnos permanecerán cerrados, una medida más restrictiva que en el resto del Estado.

Las consejeras de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y la de Salud, Nekane Murga, comparecieron el sábado para dar a conocer las características de esta nueva fase en Euskadi, que recogerá el decreto firmado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, que se publicará hoy en el BOPV.

Además, los ciudadanos podrán desplazarse entre los tres territorios de la CAV sin limitaciones, aunque no podrán pasar a otras comunidades autónomas colindantes aunque estén en su misma fase de desescalada, como había pedido el Gobierno vasco. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, reconoció que, pese a que parecía que “iba a ser posible, siempre de acuerdo con los presidentes de las Comunidades autónomas concernidas”, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, declaró que mientras persista la fase 3, “eso no va a ser posible, aunque exista acuerdo”. Tampoco será posible abrir la muga con Iparralde, ya que el Gobierno español mantiene para ello la fecha del 1 de julio. “Hay pueblos en los que no se sabe muy bien donde uno vive o dónde trabaja. Pasa tanto en la Comunidad Autónoma de Euskadi como en Navarra y, si pasamos la muga, en Iparralde”, recordó. “Si no es posible, no es posible, pero vamos a insistir en que esas relaciones socioeconómicas que existen, incluso familiares, se deberían al menos abrir en unas determinadas circunstancias, aunque no sea al 100% libre”, insistió. “Por tanto, vamos a esperar a superar la fase 3, a levantar el estado de alarma, y a que eso pueda ser posible a partir de ese momento”.

En el caso de Euskadi, será el propio lehendakari el que decida cuándo se produce el paso de la fase 3 a la nueva normalidad, al recuperar su condición de autoridad competente y “único encargado” tras la declaración del estado de alarma, tal y como ha sucedido ya a la hora de establecer las condiciones de la fase que se inicia mañana. Pese a que en principio, y como planteamiento general para todo el Estado, es algo que no sucederá hasta el día 21, a Tapia se le planteó ayer la posibilidad de que Iñigo Urkullu adelante esa fecha y opte entrar en la nueva normalidad antes de lo previsto. “Creo que es un poco precipitado, a pesar de los datos que nos vienen acompañando estos días y que son realmente buenos, lanzarnos a pensar en que vamos a levantar la fase 3 en este momento. De hecho, vamos a entrar el lunes en esta fase 3”, recordó. Señaló que el lehendakari analizará los datos día a día, “atendiendo a todas las recomendaciones y a toda la evolución del sistema sanitario” y tomará una decisión en función de la evolución de la situación.

“Sin adelantarnos”

En el mismo sentido, la consejera de Salud, Nekane Murga, descartó tomar una decisión sin analizar en su conjunto los datos de las últimas semanas. Así, se mostró partidaria de ver “cómo termina la semana que viene” y conocer los contagios en el conjunto de la fase 2 para “hacer una valoración con más datos y más perspectiva”. “Adelantarnos, no lo debemos hacer”, concluyó.

Murga sí recordó que el paso a la nueva normalidad se producirá, como muy tarde, el 21 de junio -si todos los datos de evolución de la pandemia son positivos-, por lo que consideró que todavía hay tiempo suficiente para decidir las medidas que se adoptan cuando se ponga fin a la desescalada, así como para decidir “en qué condiciones y con qué aforos”. Eso sí, advirtió de que es posible que la situación no sea completamente igual a la época previa a la irrupción del coronavirus. “Habrá que ver si esa nueva normalidad es la de antes, es decir, 100% de todas las actividades; me temo que no, que va a haber alguna pequeña restricción, y el uso de mascarilla y el mantenimiento de esas distancias nos van a acompañar durante un tiempo”, reconoció.

“Es un poco precipitado lanzarnos a pensar en que vamos a levantar la fase 3 en este momento”

Desarrollo Económico e Infraestructuras

“Vamos a ver cómo termina la semana que viene; no debemos adelantarnos”

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