En las dos décadas que llevan al frente del bar Label de Bilbao ni a Jorge ni a Lorena les ha tocado superar una fase profesional tan complicada y desilusionante como esta. Hosteleros de toda la vida, amantes de su trabajo, esta pareja regenta un local en la calle Ávila, de Bilbao, que por si fuera poco es Peña oficial del Athletic, con una clientela fija que con los años se han convertido en amigos: "Lo mejor ha sido volver a ver a los clientes, que se están portando maravillosamente", apunta Joana. El lunes 25 de mayo abrieron el bar después de más de dos meses cerrado y el regreso, según explica Joana está siendo duro y pesado. No por los clientes, que se portan "muy bien", sino por todo el protocolo que hay que llevar a cabo para reabrir el local y dar servicio a los clientes. "Le estoy poniendo todo el empeño y las ganas, pero nos está costando mucho", confiesa. La sensación que tiene es que la hostelería está abandonada de la mano de Dios, pero eso sí teniendo que cumplir infinidad de normas restrictivas y en algunos casos en el punto de mira. "Lo que más me importa es que mi local sea seguro y cumplir con todas las normas, pero a veces se te quitan las ganas", dice. Lorena se ha apuntado al curso on line para saber qué cosas se deben hacer y cómo hay que organizar el bar cara a los clientes. Sin embargo, las fuerzas flaquean cuando después de dos meses y medio cerrado una patrulla de la policía te llama la atención. "Todos estamos sufriendo una pandemia y que un vecino se queje de que en una mesa ha visto demasiada gente me desilusiona, con lo difícil que es ya todo...". Después de meses asumiendo pérdidas y rodeados de incertidumbre ahora no les queda más que aguantar, pero siempre con profesionalidad"