La memoria como estrategia de lucha contra la violencia machista. Ese es el objetivo de Mugarik Gabe, que ha reunido las voces y los testimonios de mujeres víctimas y sobrevivientes para darles voz y credibilidad. "Dentro de diez años cuando hablemos del periodo de confinamiento, ¿quién se va a acordar de las mujeres sobrevivientes que estuvieron confinadas con sus agresores? Es un tema que nadie recordará porque hay personas que no quedan en la historia, en los recuerdos oficiales. Y si no recuerdas eso, cuando se vuelva a dar una situación similar, no vas a tomar medidas para que eso cambie", reflexiona Joana Etxano Gandariasbeitia, del equipo de feminismo de la organización.

"En base al trabajo desarrollado por Mugarik Gabe los últimos años sobre la memoria de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencias machistas, podemos constatar que éstas no son reconocidas y por tanto recordadas en nuestra memoria colectiva", explica la ONG, que lleva una década tratando de construir esa memoria. Entonces, Mugarik Gabe lanzó la campaña Patriarkaturik gabe, denok jab contra las diferentes violencias machistas.

Uno de sus hitos fue la celebración, en 2013, de un juicio simbólico por los derechos de las mujeres, donde comprobaron la importancia de los testimonios para "construir la verdad que impulsará la reparación de las mujeres". "El juicio simuló un tribunal ordinario en el que se juzgan casos y puso en cuestión cómo la justicia ordinaria no da una respuesta adecuada a los derechos de las mujeres", explica Joana Etxano Garandiasbeitia. "Algunas de las mujeres que presentaron su testimonio para presentarlo en el tribunal nos dijeron que el propio acto era un acto reparador, porque era la primera vez que ponían su situación encima de la mesa y alguien les había dado credibilidad y defensa, aunque fuera un acto simbólico, era un acto de visibilización", añade.

Más tarde, la ONG realizó el estudio Flores en el Asfalto, en el que 28 mujeres que fueron víctimas de violencia machista y sobrevivieron en varias partes del mundo daban su testimonio. "Fue un proceso de construcción colectiva donde abordamos las causas y los efectos de esa violencia en sus vidas". Ansiedad, depresión, miedo, angustia, estrés, desesperación, impotencia... son emociones que se repiten a lo largo de informe. "Yo decía: dios mío, es que nos ha podido matar y yo estoy contando aquí esto a una persona que no me está haciendo ni caso, ni sé dónde va esta denuncia, ni sé, o sea, yo necesito una solución ya", explica una mujer en el documento e ilustra un sentimiento común de las mujeres víctimas y sobrevivientes de la violencia machista.

De todo el trabajo realizado nació hace dos años Memoria Eraikiz que incluye una experiencia sensorial que Mugarik Gabe lleva por todo Euskadi. Se trata de una instalación artística que recorre las plazas de los diferentes municipios y ofrece a quien la visita la posibilidad de viajar a través de las voces e historias de siete mujeres víctimas y sobrevivientes de la violencia machista. "Aprenderemos sobre el impacto de la violencia en sus vidas, veremos cómo lo han enfrentado y qué esperan de su entorno y sociedad", explica la ONG. "Es una apuesta para reclamar las voces de las mujeres porque no queremos que esas voces se queden fuera de la historia, queremos reconstruir una memoria colectiva y gritar que no volverá a suceder", añade. "Que se ponga en las plazas de los pueblos también tiene un significado simbólico porque lo que se pretende también es ocupar la calle", explica Joana Etxano Gandariasbeitia.

Y es que todavía las mujeres y sobrevivientes no tienen el reconocimiento social que deberían. "Si bien en los últimos años ha habido un recorrido social, son mujeres que no están recogidas en nuestra historia, nadie tiene un hecho a recoger qué ha ocurrido con las mujeres víctimas o sobrevivientes. Ni tampoco las asociaciones de sobrevivientes son socialmente recordadas. Muchas veces las víctimas no tienen una figura como sujetas de derecho o mujeres que reivindican sus derechos, sino como alguien a tutelar. Creemos que es importantes cambiar todo esto y cambiar la memoria de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencias machistas es una estrategia más de lucha contra las violencias machistas, es un acto de sensibilización social, es reconocer a las propias víctimas que muchas veces son invisibilizadas, no son creídas o son cuestionadas", concluye la portavoz de Mugarik Gabe.

"Es una apuesta para reclamar las voces de las mujeres para que no se queden fuera"

Mugarik Gabe