Los hermanos Siles llevan toda la semana afanándose en la puesta a punto del bar Gure Toki para que el lunes pueda retomar la actividad. "La limpieza que estamos haciendo es como cuando abres un bar por primera vez", asevera Yolanda Siles, una de la hosteleras que regenta este negocio familiar, ubicado en la Plaza Nueva bilbaina, que da trabajo además de a los tres hermanos a otras diez personas. De momento, volverán a trabajar los propietarios, mientras que los empleados continuarán en ERTE hasta que se den las condiciones para que el volumen de negocio aumente. "Perderemos dinero, pero ya lo estábamos perdiendo antes también. Así que terminas pensando que hay que moverse", expone en pleno zafarrancho de combate la hostelera, que solo podrá atender cuatro mesas en esta primera fase.

Gure Toki será de los pocos bares que levanten la persiana en este ciclo de la desescalada en el que se permite que los establecimientos hosteleros puedan abrir las terrazas con el 50% de las mesas. La mayoría opta por esperar en vista de que la incertidumbre es la tónica general para un sector que desconoce cómo responderá la población. Lo que sí saben, así lo han manifestado desde la Asociación de Hosteleros de Bizkaia, es que difícilmente se puede rentabilizar el negocio con las limitaciones impuestas por el Gobierno de Sánchez. "Abriremos el lunes, lo que pase el martes... no tenemos ni idea", avanza Yolanda Siles, quien deja la puerta abierta a volver a cerrar en el caso de que sea necesario. "Teníamos diez empleados porque había más ventas, ¿pero si no hay ventas? La empresa de limpieza la hemos anulado para evitar gastos", señala la hostelera, que espera poder mantener el ERTE de los empleados el tiempo que haga falta, hasta que el negocio vuelva a alcanzar velocidad de crucero. De hecho, es una petición de imperiosa necesidad para proteger los empleos de la que ya se han hecho eco las asociaciones.

A partir del lunes, Yolanda atenderá las mesas mientras que sus hermanos Iván y Begoña estarán en la cocina. "Les he dicho que no se compliquen, que hagan cuatro cosas. Somos famosos por todo lo que tenemos pero las condiciones son las que son", explica la hostelera de Gure Toki. También van a modificar los horarios de apertura. "De 12.30 a 15.30 y de 19.00 a 22.00 horas. Y luego estará sujeto a cambios. Son siete horas, pero a nosotros nos supondrá un trabajo de once horas", explica Yolanda Siles, que indica que por el momento irán viendo día a día. ¿Y las siguientes fases? "Habrá que pensar qué mesas hay que quitar del interior, cómo organizarlo, porque barra no habrá hasta la tercera fase. Al final si tienes que controlar y desinfectar todo, tiene que haber una persona dedicada a ello", argumenta.

Si habitualmente atienden nueve mesas en la terraza, con la restricción del 50% solo podrán atender "cuatro y media". El lunes, además, se espera un contratiempo más. "Sabemos que va a llover, con lo cual solo tendremos dos mesas tapadas con las sombrillas respetando la distancia de seguridad", relata. "Vamos a preguntar si podemos poner mesas dentro de los arcos, algo que está prohibidísimo. No sé si en esta ocasión se hará alguna excepción", se pregunta. Precisamente ayer, el Ayuntamiento de Bilbao dio a conocer una batería de ayudas destinadas a paliar los efectos económicos generados por el coronavirus. Entre esas medidas, se contempla "la flexibilización de los criterios para la ampliación de la ocupación del espacio público por parte de las terrazas". Se trata de una medida que será "temporal y excepcional", y "siempre con garantía de equilibrio entre vecinos, peatones y terrazas".

Medidas

La puesta en marcha de las terrazas conllevará además medidas higiénicas que ya han dejado de ser inusuales. "Tras cada servicio hay que limpiar las mesas y las sillas. Ya no vale que uno se siente en cuanto otro se levanta", evidencia. "Tratar con la gente también es complicado. Nos han dicho que si son las 15.00, por ejemplo, y hay una señora de 70 años hay que mandarla a casa. ¡Pero cómo la voy a mandar yo a casa! Le tenemos que recomendar que se levante y se marche", expone Siles sobre cómo les pueden afectar las limitaciones horarias. ¿Y si una persona se sienta dos horas con un café o un mosto? "No sabemos cómo lo vamos a gestionar", reconoce.

Yolanda Siles y sus hermanos se han criado prácticamente en Gure Toki, bar que sus padres abrieron "justo un año antes de las inundaciones", en 1982. "Hemos vivido todas las crisis y todos los cambios", asegura la hostelera. En 2015 hicieron una reforma integral que "fue un boom" y 2020 se presentaba "fantástico", tanto que cogieron vacaciones en febrero. "Nos está costando más esto que abrir en Aste Nagusia, cuando sabes a lo que te enfrentas", revelaba la hostelera, quien a pesar de todo no pierde constancia. "Lo sacaremos adelante porque lo hemos sacado siempre. De una manera o de otra", dice con seguridad Siles, que espera que en vista de que el turismo tardará en volver la clientela local responda bien.