La música ha ayudado al director de la sociedad coral de Bilbao, Enrique Azurza a capear "el temporal" como define esta situación anómala que le ha apartado durante meses de los integrantes de los coros que dirige. "No sabemos cuándo podremos volver a ensayar de una manera presencial". Sin embargo, desde hace una semanas se ven y se escuchan a través de la pantalla de un ordenador. No es lo mismo, pero a Enrique le alegra el día y le ayuda para saber que la gente sigue ahí con ilusión y ganas.

¿Cómo se sintió cuando vio a los miembros de la sociedad coral después de casi dos meses?

-Fue precioso, emocionante.

La música les une.

-Nos une muchas cosas, pero sí la música está ahí siempre. Durante este confinamiento hemos tenido contacto y he procurado sugerirles vídeos, melodías que a mí me han servido y me inspiran.

Qué raro es todo, ¿verdad?

-Mucho. Lo poco que salgo a la calle solo ves gente dando vueltas, todo cerrado.

¿Cómo ha llevado la cuarentena?

-Imagino que como todo el mundo. Con días mejores, peores, pero intentando mantenernos con paciencia. No nos queda otra. Ha sido como un reto personal de superación.

Reto personal. Me gusta.

-No hay que perder las ganas.

¿Cómo llevan los ensayos?

-Bueno, adaptándonos. Pensábamos que esto iba a durar poco, pero se ha alargado mucho. Estamos peleando por recuperar los ensayos presenciales.

Con el ordenador no es lo mismo.

-La técnica no permite ensayar porque los audios llegan tarde y con retraso. Pero sí se puede trabajar sobre las partituras, leer material nuevo y es lo que estamos haciendo.

¿En estos meses se ha marcado rutinas?

-He hecho menos cosas de las que me planteé. Quería haber leído más pero entre las colas para hacer compras...

Dichosas colas...

-Horrorosas, pero he intentado sortearlas buscando los mejores horarios. He aprovechado el tiempo para montar un disco que tenía grabado, he rediseñado la temporada prevista con la coral de Bilbao y creando nuevos proyectos.

Se han caído conciertos...

-Sí, pero los estamos trasladando a otras fechas.

¿Ha hecho ejercicio?

-En el salón de casa he hecho taichí. También he aprovechado para bizcochos hasta que se acabó la levadura. La cocina me relaja.

¿Qué es lo que peor ha llevado?

-La falta de libertad. El confinamiento ha sido duro.

¿Qué tiene ganas de hacer?

-Cosas muy sencillas. Dar un paseo, tomarme un vinito, sentarme en una terraza para leer el periódico y poder ir a Tolosa a ver a mis aitas. También dirijo coros en Tolosa.

¿Tiene proyectos en mente?

-En cuanto podamos en un espacio abierto la Sociedad Coral quiere grabar el Requiem de Fauré en homenaje a todos los afectados por la pandemia.