Los pacientes con enfermedades mentales son doblemente vulnerables ante el covid-19. "Una de nuestras grandes preocupaciones ha sido que el aislamiento pudiera agravar la situación, que aumentara su vulnerabilidad y la sensación que tienen de sentirse solos, al rechazo. Por lo tanto, aislados sí, pero de ninguna manera desconectados", explica Itziar Ceballos, gerente de la Asociación vizcaina de familias y personas con enfermedad mental (Avifes). Debido al confinamiento, la asociación ha tenido que cerrar su centro de día, que atiende diariamente a 270 personas. En cambio, su servicio de pisos tutelados, donde viven un total de 54 personas, mantiene su actividad.

"Es dura esta situación, tienes en la cabeza el runrún de no coger el virus. Estoy nerviosillo, más alterado, estás produciendo una energía diaria y, ¿por dónde la echas?", cuenta Jesús Isaac, que vive en un piso tutelado junto a otros cuatro compañeros. "Esto nos está uniendo más. La compañía ahora hace mucho, la soledad en esta situación sería muy dura". Con 18 años, le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. Vivió durante un año en un centro tutelado de menores de Cáritas y desde los 19 años está en la asociación. Ahora tiene 26 años y trabaja en el taller Usoa de Barakaldo, que ofrece a empresas servicios de confección y fabricación de ropa laboral, subcontratación de procesos productivos, mantenimiento de jardines, servicios integrales de limpieza y gestión documental. Ahora también ha cesado su actividad laboral, por lo que pasa las horas en casa. "Salgo a hacer algún recado, pero intento no salir mucho, prefiero estar en casa", subraya.

El Ministerio de Sanidad autorizó a salir a la calle durante el estado de alarma a las personas con discapacidad, con alteraciones conductuales y un diagnóstico del espectro autista y conductas disruptivas que pueden agravarse con el confinamiento. "La normativa autoriza a salir si tienes un trastorno de comportamiento o si sientes mucha más agitación. Nosotros hemos hecho un trabajo muy intenso con todo el colectivo para que se responsabilicen, como el resto de la sociedad. En ese sentido, ellas y ellos han respondido muy bien y se han mantenido muy disciplinados, están bajando lo mismo que la población en general. En muchos casos, se han convertido en un apoyo fundamental para sus padres mayores, son quienes hacen los recados. Es verdad que nuestra gente que está en el servicio de pisos o nuestros propios profesionales están haciendo acompañamientos de salir en algunas ocasiones, porque la ansiedad a veces te lleva a querer salir un poco de casa. Siempre procuramos que salgan con alguien, que vean la calle, otros rostros. En la enfermedad mental, evitar que se desconecten de la realidad es muy importante", explica la gerente de Avifes.

Y es que la situación de confinamiento puede agravar los síntomas de algunas personas con enfermedad mental. "Si su diagnóstico viene por tema de depresión, o de estado anímico, trastorno bipolar, aumentan muchísimo más sus síntomas de ansiedad, de angustia, sentimiento mucho más de tristeza, de depresión. A nivel general esto es lo que más queremos combatir en todas las personas, esta idea de la angustia descontrolada, que la ansiedad se instale permanentemente. Estamos pidiéndoles que intenten no salir, pero lo que no queremos es que se vuelvan a meter en esa dinámica de apatía, inactividad y de ansiedad descontrolada", subraya.

Avifes cuenta con 14 pisos en los que viven 54 personas. "En los pisos tutelados, la actividad funciona y la hemos reforzado, porque mucha gente de pisos tutelados acude también al centro de día, y para ellos era muy importante que tuviéramos un refuerzo de todo el día. En el resto de los casos, hemos hecho seguimientos telefónicos, videoconferencias, chats y seguimiento presencial", apunta Ceballos.

"Lo primero es asegurarnos de que disponen de medicación suficiente y que llevan una alimentación equilibrada. Luego, que manifiesten sus dudas, miedos, preocupaciones, la angustia que les surge en este tema y, sobre todo, darles información veraz, esto es muy importante. También les hemos ido haciendo propuestas de diferentes actividades, animándoles a contactar con otros compañeros", explica Ceballos.

Además, la asociación ha reforzado su atención psicológica. "Nuestro equipo está trabajando mucho más intensamente con algunas personas y también con las familias. Porque la persona deja el centro de día o sus actividades grupales, vuelve a casa y tenemos que volver a convivir 24 horas, es una situación mucho más difícil", manifiesta.

Estela Fernández sufrió hace treinta años un ataque de esquizofrenia. "Además, tiene un déficit de inteligencia, le cuesta asimilar muchas cosas", explica su hermana Irune, con quien convive. Antes del confinamiento acudía cada día al centro de día desde las 10.00 a las 17.30 horas. "Y el fin de semana va a un centro de ocio, sale al cine, hacen excursiones. Su día a día es mucho de salir y de socializarse", apunta la hermana, quien asegura que el confinamiento "lo lleva bastante bien". "Mi hija tiene cinco años y se ayudan mutuamente. A ella le gusta mucho jugar, pintarse las uñas, la peluquería, juegan durante horas. Para sobrellevar estos días es de gran ayuda".

En estos momentos, los cuatro están confinados en casa. Su marido con un ERTE y ella, aunque trabaja en una tienda de alimentación, está de baja por una operación de rodilla. "Tengo que coger el alta en breve. Me da mucho miedo, porque estás muy expuesto, te expones tú y expones al resto. En la tienda donde estoy ha caído gente enferma", asegura. "Esto nos va a pasar factura a todos, la salud mental va a ser muy importante cuando podamos volver a salir", augura.

Según Irune, su hermana "es una privilegiada porque tiene su familia". "A mí me da mucha pena los que viven solos". Es el caso del chico con el que sale Estela desde hace unos años. "Vive solo en un piso, es duro, porque estás mucho tiempo solo en casa. Estás acostumbrado a estar en el centro de día, a comer allí y son ya muchos días. Suelen hacerse videollamadas y se quedan más tranquilos porque se ven", cuenta.

Avifes ha intensificado también la atención a las personas solas, un colectivo especialmente vulnerable, "también de forma presencial". "En algunos casos hemos mediado para que dispongan de comida a domicilio", apunta Ceballos. "Los servicios sociales se están visibilizando como algo esencial para las personas, no solamente para las personas más vulnerables, que desde luego, también para la población en general. El sistema de servicios sociales tiene que ser puesto en valor y es una parte muy importante junto con el servicio sanitario", apunta la gerente de Avifes a modo de reflexión.

Centro de día. Acuden a este servicio de Avifes un total de 270 personas al día. La actividad ahora ha cerrado debido al confinamiento.

Pisos tutelados. La asociación cuenta con 14 pisos tutelados y viven allí un total de 54 personas.

"Estoy nerviosillo, más alterado, produces una energía diaria y, ¿por dónde la echas?"

Residente de un piso tutelado

"Mi hermana es una privilegiada porque tiene a su familia. A mí me da pena los que viven solos"

Hermana de Estela