“La situación de confinamiento que estamos viviendo desde hace quince días va a sacar a luz muchas situaciones que ya existían en niños y adolescentes, pero que los adultos no han visto”. Tali Sánchez Urrutia psicopedagoga, psicoterapeuta, educadora social y profesora trabaja con niños y jóvenes y también con padres que se plantean que sus hijos necesitan una herramienta porque ellos no la tienen. “Normalmente vienen a mi consulta porque notan mal rendimiento académico o por problemas de violencia en casa o consumo de drogas”, señala. En estos momentos, en los que la convivencia se ha impuesto casi a trompicones Tali se reafirma en que la situación está desvelando situaciones que ya existían pero que han sido descubiertas ahora por los padres.

Hay chavales, por ejemplo, a los que no se les ha diagnosticado una dislexia, otros han empezado a fumar canutos, en otros casos están viviendo situaciones de separación en sus casas y todo ello genera unos comportamientos que ahora son más visibles. Tali pone el acento en que “somos los adultos los que tenemos que ver a nuestros hijos, ellos no son el problema”. En este sentido, destaca que “hay ocasiones en las que para los padres el problema es que no hacen los deberes, pero, sin embargo, hay jóvenes que llevan tiempo muy metidos y en retirada por lo que estar en clase o delante de los compañeros genera situaciones de miedo. En este momento, están mucho más tranquilos, son los padres los que no están tranquilos porque esta situación de que los padres hagan de profesores es un problema. Los padres tienen que acompañar pero deben de ser un poco flexibles”.

En otros casos, hay jóvenes cuyas relaciones en casa no están bien y están más irascibles, “de estar con los amigos en las lonjas que es el sitio donde ellos se tranquilizan y están bien ahora no lo tienen”. Otro de los problemas visible en este momento es el consumo de cannabis. “Una compañera me trasladaba el problema que se está viendo porque se ha producido un aumento en el consumo del cannabis. Las personas que tienen dinero estarán abastecidos pero hay chavales que han empezado a fumar hace poco tabaco o cannabis y la familia no lo sabe. En esos casos se pueden dar situaciones de irritabilidad como producto de que no se está consumiendo”. En estos casos, esta psicoterapeuta señala que el mayor problema es que los hospitales no pueden atender situaciones de adolescentes que igual en un momento dado tienen una crisis. “Eso significa que los padres tienen que bregar con esa situación y no es fácil en un momento como éste en el que no puedes salir de casa. Son las situaciones más difíciles”.

Hay que ser comprensivos

Tali procura acompañar diariamente a ciertas personas por teléfono para superar esta situación. Porque insiste en que “el mayor problema es que pongamos el acento en los jóvenes y los adultos no nos cuestionemos que somos los que tenemos que crear las herramientas”. Cada niño o joven es diferente y no se puede medir a todo el mundo igual.

“Esta situación nos vuelve a poner en algo que veo en el despacho desde hace tiempo y es que a los jóvenes no se les ve. Si yo no sé diferenciar el enfado de la tristeza mal voy a andar para identificarlo en mi hijo. Hay situaciones que se están destapando y somos los adultos los que tenemos aprender a identificarlas y bregar con ellos y sobre todo se les está pidiendo mucho a los jóvenes y a los niños”. Con esto quiere señalar que estar dos meses en una casa, con las diferencias que existen entre una casa de 60 metros o un chalet, vivir en el pueblo o la ciudad, en un ambiente tranquilo o de crispación no es lo mismo.

Por eso, señala que “hay que ser comprensivos con estas situaciones de los jóvenes. Tendremos que acompañar y entender. Lo más difícil va a ser en situaciones que quizá han estado encubiertas y se descubran ahora. Lo mismo que hay niños que están mejor porque no están con compañeros aunque eso no sea positivo”. Para la psicopedagoga “las conductas de enfado o agresividad son las que se señalan pero si un niño está en su mundo porque haga los deberes no quiere decir que está bien”. Y concluye, “esta situación va a poner luz a muchas circunstancias que ya existían. Se va a ver cómo hay niños que llevan bien el tema académico, pero no están bien porque tienen otros problemas. A otros, esta situación les hace estar menos expuestos y se sienten mejor”, concluye.